El cierre del Ánxel Fole, un problema para quien no tenga un utilitario

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LóPEZ

Los tres párkings subterráneos próximos disponen de plazas muy reducidas

20 sep 2019 . Actualizado a las 07:58 h.

Aunque en teoría los dos párkings subterráneos que se encuentran en el interior del recinto amurallado y el que se ubica junto a la estación de autobuses podrían absorber la demanda habitual de plazas de aparcamiento que pueda generarse tras el cierre del Ánxel Fole, en la práctica esa idea es engañosa, ya que a menos que las plazas sean ocupadas por utilitarios, es difícil que todas se puedan aprovechar.

Los aparcamientos subterráneos de la Praza de Santo Domingo, de la Praza de Ferrol y de la Praza da Constitución suman entre los tres algo más de un millar de plazas. El problema es que en todos ellos las plazas son muy reducidas y eso hace que a día de hoy, con vehículos mucho más amplios que los que se utilizaban en el momento de su construcción, sea casi imposible aprovecharlas todas. Y es que, meter el coche en la plaza es posible, pero abrir las puertas para bajarse ya es otro cantar.

En el párking de Santo Domingo, de titularidad municipal y gestionado por una empresa privada, las plazas de aparcamiento tienen 1,80 metros de ancho a los que se sumarían los 30 centímetros de la línea amarilla que los delimita. La anchura de un coche compacto de hoy ronda -con los retrovisores cerrados- los 1,80 metros a los que habría que añadir el espacio necesario para abrir las puertas. Los compactos y los familiares tienen medidas incluso un poco más anchas, y por lo general únicamente los vehículos específicamente urbanos, los más reducidos, bajan del 1,70 de anchura.

Encajar la mayoría de vehículos que se venden hoy en día en las plazas de Santo Domingo es posible si, como sucede en la actualidad, se aprovechan dos de cada tres. Si se intentan ocupar todas las plazas, los coches quedan encajonados a pesar de que se está pagando por el servicio.

Y en los aparcamientos subterráneos de la Praza de Ferrol y de la Constitución sucede algo similar. En el primero las plazas tienen una amplitud de 1,90 metros y en el segundo son 5 centímetros más anchas. En ambos hay que añadir otros 30 centímetros de margen amarillo, aunque igualmente sigue siendo limitante.

El Ánxel Fole, que en poco más de un mes verá cerradas sus puertas, es curiosamente el que dispone de las plazas más amplias. A la pérdida de sus 372 puestos se añadirá el problema de que los otros tres párkings próximos no serán capaces de absorber esos vehículos -especialmente los más anchos- porque, para empezar, es realmente difícil aprovechar todas sus plazas.

Las distintas propuestas

A lo largo de los años se han sucedido las propuestas para que los subterráneos de la ciudad cambien su fisonomía y que cada tres plazas pasen a convertirse en dos mucho más amplias. En la actualidad ya es habitual ver a coches estacionados abarcando más espacio del que las líneas pintadas le delimitan.

ALBERTO LÓPEZ

En su momento el BNG había abogado por esa posibilidad, igual que esta semana ha hecho la Federación de Asociacións de Veciños. El cierre del Ánxel Fole puede convertir esta reclamación en algo todavía más perentorio.

Las normas autonómicas recomiendan un ancho mínimo de 2,40 metros

Desde el 2010 en Galicia rigen las Normas do Hábitat de Galicia, que recogen las medidas mínimas recomendables para las plazas de aparcamiento en toda la comunidad. En ellas se establece que han de tener 4,70 metros de largo y 2,40 de ancho. En el caso de los párkings lucenses, las dimensiones están muy lejos de lo recomendado por la Xunta, si bien en la normativa no se especifica si estas afectan a los aparcamientos públicos o a los de los edificios particulares.

Los aparcamientos subterráneos lucenses, construidos hace más de 30 años, están muy lejos de esas dimensiones y también de la normativa del Ayuntamiento de Madrid, que para los expertos en la materia es el ejemplo a seguir. En la capital los anchos mínimos son de 2,25 para automóviles pequeños, 2,25 para los de tamaño medio y 2,40 para los tipo monovolumen. Además, la ley madrileña establece que solo el 10 % de las plazas podrán responder a la categoría de vehículos pequeños.