¿Construir en tapial? Sí, aún se puede

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LUGO

ROI FERNÁNDEZ

La arquitectura sostenible aboga por conservar una antigua técnica edificatoria que sigue viva en Monforte

19 sep 2019 . Actualizado a las 17:19 h.

A finales del siglo XIX, la presencia del tapial en muchas viviendas de Monforte llamaba la atención a los autores de libros de viajes que se adentraban en Galicia. En un territorio donde mandaba la piedra, tropezaban con una técnica edificatoria más propia de la Meseta, el Levante o Andalucía. La construcción en tapia o tapial, caracterizada por el empleo de muros encofrados en tierra, se reivindicó este fin de semana en unas jornadas sobre bioconstrucción celebradas en el pazo monfortino de Tor. Mantenerla viva supondría, desde la óptica de la arquitectura sostenible, un reclamo más para un turismo diferente. Los promotores, por el contrario, no quieren ataduras a la hora de rehabilitar.

Veinte años después del primer intento de sacarlo adelante, la aprobación del plan especial del conjunto histórico de Monforte parece próxima. Tan solo está pendiente su revisión por parte de los servicios de urbanismo de la Xunta. Una de las cuestiones que deberán dilucidar es el grado de protección de las numerosas edificaciones en tapia que se conservan. Patrimonio ya se pronunció con anterioridad y aboga por compatibilizar la protección del tapial «coas actuacións que sexan necesarias para garantir o seu uso e funcionalidade».

Los constructores no ven clara la funcionalidad del tapial en los tiempos que corren. En sus alegaciones al plan especial, solicitan que el mantenimiento de este tipo de edificación sea opcional llegado el momento de emprender proyectos de rehabilitación. Entre otras razones, advierten sobre la carencia de profesionales cualificados para trabajar con esa antigua técnica todavía presente dentro y fuera del ámbito del conjunto histórico de Monforte.

La existencia de suelos ricos en arcillas y un índice de pluviometría más bajo que en otros puntos de Galicia explicarían, según los expertos, que Monforte sea el referente de la construcción en tapia en Galicia. Pero hay otro factor que tuvo igual o mayor incidencia. Algunos estudios destacan la importancia de la llegada del ferrocarril a la ciudad, en septiembre de 1883.

La importancia del tren

La venida de trabajadores de otros puntos de la península habría contribuido a la difusión de una técnica que mantiene su huella en el barrio de la Estación y que entraría en declive con la generalización del uso del ladrillo. En un estudio publicado en el 2016, la arquitecta Laura Álvarez-Testa contabiliza 84 edificaciones en tapial en el entorno de la estación de ferrocarril.

De algunas apenas quedan vestigios tras la demolición de la mayor parte de la estructura. La mala conservación de las cubiertas, y las consiguientes filtraciones de agua, están el origen del deterioro de estas construcciones.

El arquitecto catalán Fermín Font fue uno de los participantes en las jornadas que se celebraron en el pazo de Tor. Desde su punto de vista, la ausencia de mano de obra conocedora de la técnica del tapial no supone un obstáculo insalvable para su conservación. «Tiene sus secretos, como todas, pero no son muchos y se pueden aprender pronto», opina.

Font realizó durante las jornadas una demostración práctica sobre la fabricación de muros encofrados de tierra, una técnica constructiva milenaria presente en más de doscientas casas del casco antiguo de Monforte. La arcilla, según detalla, absorbe bien la humedad con lluvias y la expulsa con tiempo seco. La arquitectura sostenible tiene clara la utilidad del tapial. Los constructores, no tanto.