Los siete párkings disuasorios están ya rematados y funcionando

Marta de Dios Crespo
MARTA DE DIOS LUGO / LA VOZ

LUGO

Óscar Cela

Faltan detalles de señalización en las entradas, porque la obra no se entregó todavía

27 ago 2019 . Actualizado a las 08:06 h.

Hace semanas, en algunos casos incluso meses, que los conductores estacionan en los aparcamientos disuasorios que el Concello fue instalando por la ciudad. Los siete están rematados y funcionando, aunque la obra todavía no se entregó de forma oficial y eso causa problemas en algunos de ellos. Rubén Arroxo, responsable de movilidad e infraestructuras en el ayuntamiento, confirmaba hoy que la recepción está prevista el mes que viene, a tiempo para el inicio de curso.

Aunque en la mayoría los conductores se autogestionan sin complicaciones, a veces se produce el conflicto por la falta de señalización en las entradas de algunos de ellos. Un ejemplo es el Garabolos. En el aparcamiento que está situado en la calle Manuel Portela, no es raro encontrarse vehículos aparcados en la zona de entrada, impidiendo el paso. De momento, las autoridades municipales no pueden hacer nada al respecto, porque falta marcar la zona con la línea amarilla correspondiente. No ocurre lo mismo en el de Alcalde Novo Freire, que da servicio a la zona de la escuela de idiomas y del conservatorio. Allí los vehículos utilizan la rampa de entrada a un garaje debidamente señalizada para acceder.

800 nuevas plazas

Hay otros cinco aparcamientos disuasorios más desperdigados por la ciudad. Los cinco están también en uso. Los de Pedro González López y el de Jacinto Calvo, por detrás de la plaza Bretaña, son quizás los más cercanos al casco histórico. Falta la debida señalización en los accesos, pero apenas se registran conflictos por esta causa. El de la calle Buxo, en la zona norte del barrio de la Milagrosa, fue uno de los primeros en completarse. Los vecinos no quedaron muy contentos con el tipo de valla que bordea el recinto, por su aspecto de «jaula». Además, la entrada de este quedó situada encima de un stop y un paso de cebra. Tuvo mejor acogida el de Xosé Fernández Núñez, casi enfrente del parque, que en el mes de marzo ya estaba completo. Uno de los últimos en rematarse fue el de Paradai de Arriba, que da servicio a la zona de la estación de tren. Como el resto de los aparcamientos disuasorios proyectados, está ya operativo.

Óscar Cela

La acogida general de estos párkings públicos, aprovechando solares municipales para aliviar la congestión de plazas, ha sido positiva. La mayoría de los vecinos perciben que es más fácil aparcar en sus zonas, aunque hay quien apunta también que en algunos casos se ha producido un «efecto llamada». En total han sido 800 las plazas nuevas creadas por el Concello en los últimos meses. Septiembre, con el inicio del curso escolar y el fin de las vacaciones, será un buen mes para testar la eficiencia de estas nuevas plazas y ver si verdaderamente alivian la ciudad.

El Concello planea habilitar nuevos aparcamientos de este tipo en otras zonas necesitadas

El éxito de esta primera hornada de aparcamientos disuasorios lleva al gobierno local a estudiar la posibilidad de abordar la siguiente. Arroxo confirmaba que se están mirando ya nuevas zonas para instalarlos, atendiendo a un criterio de necesidad y otro de disponibilidad. Lo primero será detectar las zonas con carencia de plazas y lo siguiente, hacer acopio de los solares disponibles en manos del Concello. Tal y como confirmaba el líder nacionalista, desde el equipo de gobierno esperan que los nuevos aparcamientos disuasorios queden contemplados en los próximos presupuestos municipales.

La idea inicial es que estos espacios preparen a la ciudad para la paulatina peatonalización de su casco histórico, obligando tanto a lucenses como a visitantes a aparcar sus vehículos y acercarse a la zona centro a pie, en bici, patinete o mediante transporte público.