Trasladarán a un hospital de Madrid al bebé maltratado por sus padres debido a sus graves lesiones

Tania Taboada LUGO

LUGO

Actualmente se encuentra en el HULA y si todo sigue según lo previsto, será intervenido la próxima semana en el hospital de La Paz por un desprendimiento de retina

22 ago 2019 . Actualizado a las 16:57 h.

El bebé de dos meses que presuntamente fue maltratado por sus padres en Lugo y que permanece en estado estable pero en la unidad de neonatos -con características similares a la de cuidados intensivos del HULA y bajo la supervisión de un médico y de una enfermera permanentemente- será trasladado al Hospital La Paz, en Madrid, debido a las graves lesiones que presenta.

El pequeño será intervenido quirúrgicamente de una importante lesión ocular, concretamente un desprendimiento de retina. La decisión de enviarlo a este hospital madrileño se debe a que se trata del centro estatal de referencia en materia de cirugía ocular para neonatos. En función de la evolución del pequeño, que también tiene heridas de consideración en otras partes del cuerpo, como la cabeza y los oídos, está previsto que sea trasladado la semana que viene a dicho complejo hospitalario.

Mientras tanto, la Xunta de Galicia ha asumido la tutela del menor y se encarga de realizar el seguimiento del caso priorizando la búsqueda de un acogimiento familiar. Así lo explicó la directora xeral de Familia, Amparo González, quien manifestó que en este caso, como en todos, la Administración actuará buscando el mayor beneficio para el bebé.

La directora xeral aseguró que en esta ocasión los procedimientos se activaron de forma muy inmediata al haber «indicios probados» de que el menor se encontraba en una situación de desamparo, por lo que la Xunta asumió de forma urgente su tutela.

La voz de alerta la dieron los servicios sanitarios después de que los padres acudieran con el pequeño a un centro médico de la ciudad, desde el que decidieran evacuarlo al HULA. Presentaba signos evidentes de malos tratos y se activó el protocolo para este tipo de casos.

Tras examinar los informes, el Juzgado de Instrucción número uno de Lugo requirió los servicios de la Policía Nacional para que procediesen a la detención de los padres, que pasaron a disposición judicial en la tarde del martes y que, tras declarar, quedaron en libertad con cargos. La jueza dictó un auto en el que otorgó la tutela urgente a la Xunta de Galicia y decretó una orden de alejamiento para los progenitores.

Ella es lucense y nació en el año 1980 y él es extremeño y nació en 1982. Además de los presuntos malos tratos se investiga la atención que daban al pequeño, en un entorno sucio y con dudosa alimentación -se sospecha que podrían estar dándole leche calentada en latas-. Entre las medidas decretadas por el juzgado figura la prohibición de que los padres se acerquen al bebé o puedan solicitar un régimen de visitas.

Tonelada y media de basura

En cuanto a la vivienda situada en el cuarto piso del número 23 de la calle Irmáns Carro, donde residía la pareja con el bebé, los servicios de limpieza retiraron alrededor de una tonelada y media de basura. Después se procedió a los trabajos de desinfección y desratización que culminarán este jueves. «Tenemos que garantizar la salubridad y la seguridad pública de los ciudadanos», indicó el concejal de Medio Ambiente, Álvaro Santos, que calificó la situación como dramática.

Tanto la Xunta como el Concello de Lugo agradecieron la agilidad de quienes intervinieron en el suceso e hicieron un llamamiento a los vecinos para que, ante sospechas de casos similares, avisen para actuar con la mayor celeridad. Recuerdan la existencia del teléfono de ayuda a la infancia 116 111 donde cualquier niño o niña puede comunicar situaciones de maltrato, peligro o abandono que sufra y cualquier adulto puede comunicar si tiene sospechas de que algún menor está siendo agredido o no se le atiende correctamente.

Los vecinos percibían mal olor pero no sospechaban malos tratos al bebé

La gran cantidad de basura hallada este martes en la vivienda de la pareja obligó a llamar al servicio de limpieza Urbaser para la retirada de los restos. Agentes de la Policía Local vestidos con monos, calzas y mascarillas permanecieron durante horas en el número 23 de la calle Irmáns Carro, donde vivía la familia.

Los operarios de limpieza tuvieron que hacer uso de varios vehículos para retirar toda la basura acumulada. Dado que el edificio presenta dos entradas (una por la calle Irmáns Carro número 23 y otra por la Rúa do Xardín número 10), ante la primera estacionaron un vehículo, en el que iban depositando las numerosas bolsas de basura que bajaban desde el cuarto piso por el ascensor. En cuanto a la segunda calle, instalaron un camión grande y desde la propia ventana arrojaban colchones en muy mal estado, somieres oxidados y restos de mobiliario totalmente deteriorado.

Preguntados los vecinos si no les extrañaba el fuerte olor y por qué no habían denunciado la situación, indicaron que notaban un fuerte olor a suciedad, pero nunca imaginaron que podría haber tanta basura acumulada en la casa o que en la vivienda pudiese estar produciéndose un supuesto caso de violencia doméstica. «A min ulíame a esterco cando eles baixaban no ascensor, pero botaba colonia para que pasara o cheiro», explicó una de las residentes en el edificio, que afirmó que no pagaban los recibos de la comunidad.

Otro vecino del edificio indicó que en varias ocasiones se les escuchaba discutir y que el pequeño lloraba, pero nada que consideraran alarmante. «Entre eles berraban con frecuencia pero o bebé choraba como un bebé calquera, nada fora do normal», contó un vecino.Según los habitantes del edificio, la vivienda pertenecía a los padres de ella, ya fallecidos. «Morreulle a nai fai uns dous anos e empezou a traer para o piso a uns rapaces. Montaban unhas festas de escándalo e en varias ocasións chamamos á Policía porque non nos deixaban descansar. Desde que veu este home, discutían pero estaba a cousa mais calmada», dijeron otros vecinos, sorprendidos con lo sucedido.