El cobro de cinco euros por visita en la catedral reaviva el debate

María Guntín
maría guntín LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Las entradas para realizar la visita turística a la catedral cuestan cinco o diez euros

23 ago 2019 . Actualizado a las 20:09 h.

La entrada básica para ver la catedral lucense cuesta cinco euros e incluye el altar mayor, la girola, el claustro, el museo y la subida a la torre. El precio de la visita especial sube hasta diez euros e incluye también la fachada principal y las torres, además de la terraza del claustro. Hay descuentos para jubilados, jóvenes y grupos. Sin embargo, la cara que más se repetía ayer, poco antes de las doce de la mañana y ante la fachada de la catedral, era la de admiración. «No sabíamos ni que cobraban por entrar, y tampoco nos lo esperábamos», cuentan unos turistas que llegan desde Valencia. Esta afirmación la comparten muchos otros visitantes. Algunos dan la vuelta al ver el panel informativo con los precios y otros dicen que no les importa «Es una vez al año, y pagamos por otras cosas que merecen menos la pena», cuenta una pareja que llega desde Alicante. Algunos de los que deciden no entrar se conforman con un selfie ante el edificio.

Las reacciones ante el cobro

Trabajadores de la catedral comentan que, frecuentemente, son más reacios a pagar los gallegos que llegan desde otras ciudades que los que viajan desde otras zonas de España. «Vienen de visita, no son feligreses que vengan a rezar, y como tal, se les ofrece un servicio acorde con lo que demandan», explican.

La gente de Lugo y de la diócesis no tiene que pagar para rezar, pero sí para visitar otras estancias de la catedral. Eso sí, con un precio reducido de 3 euros y cincuenta céntimos.

Para realizar la visita turística, la zona habilitada de la catedral es la puerta de museo. Al traspasarla, una serie de vitrinas a los dos lados del camino muestran vino, santos, libros, fundas para las gafas e incluso paraguas que se venden en el edificio espiritual.

Si algo comparten los visitantes entre sí es su duda sobre si pagar o no lo establecido para ver el templo. Algunos apelan a eso de que hay cosas que se hacen solo una vez en la vida y otros se marchan más bien indignados. Los que van en grupo debaten sobre el tema. A pesar de las dudas, por la catedral y durante los meses de verano pueden pasar unos 500 turistas.

Hay quien considera que lo de cobrar por entrar a un lugar de culto podría ser una broma. Una señora preguntó ayer, a la salida del templo, si tenía que pagar por abandonar el lugar, «ya puestos y teniendo que desembolsar por todo, no me sorprendería tampoco», espetó.

La visión de los responsables

El deán de la catedral y vicario general, José Mario Vázquez Carballo, explica que las puertas del templo están siempre abiertas. La de la sacristía es la más usada por los feligreses que acuden a la catedral a rezar, explica.

«Non sei que intereses hai detrás de que non se atendan os turistas. Antes demandábanse audioguías e xente que os atendera», explica Vázquez Carballo, que también cuenta que las puertas están abiertas de ocho a once de la mañana, que es el momento de rezo diario. Esas mismas vuelven a abrirse de siete a nueve de la noche, cuando termina el horario turístico.

El deán incide en que, por el momento, no ha recibido protestas orales o escritas sobre la nueva medida de cobro y que mucha gente le dio las gracias porque incluso hay más silencio y más orden. Recibió dos cartas casi anónimas y Vázquez Carballo repite que está abierto al diálogo pero que «non se vai permitir que outras institucións xestionen a catedral». «Dende o principio dixen que non se ía cobrar por entrar á catedral, e así é. Pagan os turistas e porque reciben outros servizos, pero non os fieis. A porta segue aberta coma sempre», cuenta el deán.