Los comerciantes no arriesgan a montar su negocio en A Milagrosa

TANIA TABOADA LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Más del 50% de los bajos tienen colgado el cartel de «se alquila» o «se vende»

22 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años el barrio lucense de A Milagrosa era un referente en la ciudad de la Muralla. El pequeño comercio, las calles repletas de vida, una edificación óptima y familias residiendo en sus inmuebles hacían del barrio un espacio atractivo para fijar residencia y emprender. Los habitantes que aquí vivían solo acudían al casco urbano para comprar carne o pescado, puesto que las tiendas de la zona no vendían estos productos y de querer adquirirlos era obligatorio ir a la Plaza. ¿Quién le diría a este barrio que años después el contexto sería totalmente diferente y se convertiría en una zona por la que muy pocos apuesten? Pues desde hace una década, la realidad es esta. El barrio empezó a degradarse de una forma abismal. Muchos de los residentes han fallecido, otros se han ido porque la mayoría de las viviendas no disponen de ascensor y las casas se han quedado vacías. Esto hizo que muchas viviendas fueran deteriorándose y muchas de ellas se llenaran de okupas. Además y según varios vecinos, la llegada de diversa gente conflictiva a la zona, que montó locales latinos y algún locutorio, hizo que el lugar se convirtiera en un germen de peleas frecuentes, menudeo de sustancias estupefacientes...

Todos estos factores son las causas de que sean muy pocas las familias que apuesten por alquilar o comprar vivienda y que muy pocos comerciantes se arriesguen a montar su negocio. A pesar de que el barrio cuenta con más de 20.000 habitantes, solo hay que dar un paseo por las principales calles y observar que más del 50% de los bajos comerciales echaron la llave y ahora buscan inquilino o comprador para darle uso.

Federación de vecinos

Ante este panorama la Federación de vecinos demanda al gobierno local que retome los trámites para conseguir que una parte del barrio de A Milagrosa sea declarada área de regeneración y renovación urbana (ARRU), lo que a su juicio contribuiría a su recuperación social. «Es una vieja demanda que ya hemos planteado hace cinco años, junto a otra asociación vecinal, a raíz del estudio elaborado por el Gabinete de Arquitectura e Urbanismo (GAU), que incluía el número de viviendas a rehabilitar», recuerdan desde el colectivo.

La Federación propone que la empresa municipal o una externa redacte la documentación adecuada para optar a la declaración del ARRU por parte del Gobierno central. En este sentido, considera que si se obtienen las ayudas que lleva aparejada el área de regeneración y renovación urbana, que sufragan entre el 30 y el 40% del coste de las obras, muchos propietarios se animarían a rehabilitar sus inmuebles.

Alberte González, arquitecto de GAU, explicó que el cambio en la norma que regula la declaración de ARRU supone, en relación con los anteriores ARI, «facer máis transversais as políticas de renovación urbana».