Solo Mondoñedo (Elena Candia) y Tui (Enrique Cabaleiro, que además era el oferente) estuvieron representados por sus alcaldes. Ourense, A Coruña, Betanzos y Santiago enviaron emisarios.
30 jun 2019 . Actualizado a las 20:58 h.Mañana solemne en Lugo. La ofrenda del Antiguo Reino de Galicia cumple hoy 350 años de existencia, desde que en el siglo XVII el cabildo catedralicio le pidió ayuda al rey (Felipe III) para realzar la veneración al Santísimo.
«Sempre é un día especial a ofrenda do Antigo Reino de Galicia ao Santísimo. Nesta ocasión aínda máis porque celebramos a efeméride 350 anos», decía la alcaldesa de Lugo, Lara Méndez. Recordaba que es una de las ofrendas más antiguas de España y celebraba que la gente participe de ella de una forma muy activa. «Fala de esa seña de identidade como pobo, desde un punto de vista cultural e que fixo posible que sexamos o que somos a día de hoxe», valoraba tras recibir a las autoridades en su despacho e intercambiar detalles con el alcalde de Tui, Enrique Cabaleiro.
Calificaba también como «importante», la mandataria lucense, que volvieran a estar representadas las siete grandes ciudades de Galicia, aunque lo cierto es que en Lugo se juntaron esta mañana pocos alcaldes. Solo Mondoñedo (Elena Candia) y Tui, además de Lugo, estuvieron representados por los titulares del bastón de mando. Los regidores de Ourense, A Coruña, Betanzos y Santiago enviaron emisarios. También estuvo el conselleiro de Cultura y Turismo, Román Rodríguez, acompañado por el delegado territorial de la Xunta en Lugo, José Manuel Balseiro.
Cabaleiro, el oferente este año, apuntaba tras firmar en el libro de oro de la ciudad que «temos un mandato dos nosos veciños e veciñas para manter vivo ese legado, neste caso a ofrenda do Antigo Reino de Galicia, que forma parte, ademais da nosa identidade colectiva, das nosas raíces». Explicaba que la ofrenda trasciende de lo religioso.
Una ofrenda recordando los deberes sociales
Ya en la catedral, Cabaleiro recordó en su ofrenda la importancia de presevar la tradición, pidió «inspiración» a los políticos para ayudar a conseguir una sociedad más justa, en la que nadie se sienta excluido. Se acordó de los jóvenes, de las mujeres, de los mayores y de los migrantes. Pidió también saber «coidar o planeta», en alusión a la conciencia verde y medioambiental y terminó citando al tudense Manuel Lago González y su poema: De Galicia na bandeira, con el que arrancó el aplauso de una concurrida catedral.
Tras la eucaristía, presidida por el obispo de la diócesis Vigo-Tui, Luis Quinteiro Fiuza, las autoridades civiles y eclesiásticas marcharon en procesión por los alrededores de la basílica, escoltados por los integrantes de diferentes cofradías de la provincia.