El dueño del negocio está acusado de prenderle fuego para cobrar el seguro
04 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.El propietario de uno de los establecimientos de la antes de la crisis floreciente ruta del mueble de Lugo a Sarria se sienta este miércoles en el banquillo de los acusados, acusado de prenderle fuego a su propia empresa. El incendio se produjo hace nueve años y redujo a cenizas la tienda y la exposición de Muebles Toirán, situada en el municipio de O Corgo y al paso de la carretera de Lugo a Monforte, en la conocida como recta de Sabarei. Le piden tres años de cárcel y que pague el coste de los trabajos de extinción del fuego.
Aquel incendio se produjo a primera hora de la mañana del 21 de abril del 2010. Los bomberos que llegaron antes vieron que una de las puertas secundarias de acceso a las instalaciones presentaba rastros evidentes de haber sido forzada con una palanca. Además, estaban cortados los cables del tendido telefónico, lo que impidió que sonase la alarma. Parecía que unos ladrones habían entrado y por alguna razón le habían prendigo fuego a las instalaciones. La Guardia Civil dijo unos días después que todas las hipótesis estaban abiertas. También la hipótesis de un incendio provocado para tratar de cobrar un seguro, aunque en aquel momento las fuerzas de seguridad no fueron tan explícitas.
Cables cortados
Nueve años después de aquello, la Guardia Civil y la Fiscalía sostienen que el dueño de la empresa condujo su Mercedes a las siete de aquella mañana hasta su tienda, cortó la línea telefónica que conectaba el establecimiento con una central de alarmas, rompió una puerta lateral para simular una entrada a la fuerza y una vez dentro arrojó algún tipo de líquido inflamable y le prendió fuego.
Fueron los conductores que pasaban en ese momento por la carretera LU-546 los que avisaron a los servicios de emergencias de que Muebles Toirán estaba ardiendo. Poco después empezaron a llegar equipos de bomberos de diferentes parques contraincendios, pero poco pudieron hacer. La nave en la que estaba la tienda, de unos 3.000 metros cuadrados de superficie, quedó destrozada por el fuego. El techo de vino abajo y todos los muebles que había en el expositor se perdieron. Unas horas después, desde fuera se veía que las llamas no había dejado más o menos intactos, pero chamuscados, más que unos pocos jarrones instalados a modo de decoración. Los bomberos solo pudieron salvar una nave secundaria que era utilizada como almacén y en la que había un depósito de combustible.
En su investigación posterior, la Guardia Civil comprobó que el propietario del establecimiento tenía suscrita desde diciembre del 2009 una póliza con Reale Seguros que cubría la posibilidad de un incendio. Ese seguro valoraba en 700.000 euros las instalaciones y en 900.000 euros todo lo que contenían. Informaciones publicadas en su momento por los medios de comunicación apuntan que los propietarios valoraban en alrededor de 2,5 millones de euros los daños provocados por el fuego. En su escrito de acusación, la Fiscalía admite que no le consta que el procesado haya hecho ningún intento por cobrar la compensación económica que prevé esa póliza.
Un foco al lado de la puert
En cuanto al origen del incendio, agentes especializados de la Guardia Civil elaboraron un informe técnico que da por hecho que fue provocado y que probablemente empezó en un solo punto del interior, cerca de la puerta forzada. Las llamas se extendieron con mucha rapidez por la madera del interior y el material de la estructura prefabricada de la nave.
El juzgado de instrucción número tres de Lugo, el encargado de investigar este suceso, procesó al propietario de la empresa, Manuel V. V. como sospechoso de haber sido el responsable de lo ocurrido. La Fiscalía lo considera responsable de un delito de incendio en bienes propios, por el que pide además de la condena a tres años de prisión, que le sea impuesto el pago de una indemnización por el coste del dispositivo desplegados aquella mañana para controlar el fuego, que incluyó a los bomberos del servicio municipal contraincendios de Lugo y a personal de una carroceta del Ayuntamiento de O Corgo, entre otros.
La empresa Muebles Toirán había sido fundada en 1996 con una inversión inicial de ochenta millones de pesetas. En el momento del incendio tenía una plantilla formada por cinco trabajadores.