Cuando la autovía llega hasta la puerta del especialista

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Desde hace casi un año el HULA trabaja con Hermes, un sistema nuevo para regular el flujo de pacientes desde el centro de salud a las consultas hospitalarias

03 jun 2019 . Actualizado a las 13:48 h.

En la mitología griega, Hermes era el dios mensajero, el protector de los caminos y las puertas. Y de él se acordó el doctor Rafael Monte cuando hace algo menos de un año le tocó bautizar uno de los proyectos más innovadores que se han puesto en marcha desde el HULA. Porque bajo el nombre de la deidad se ampara un plan ambicioso que ha cambiado el sistema que regula el flujo de pacientes que los médicos de familia derivan a las consultas de los especialistas. Su prioridad es la equidad.

También bajo el ala de Hermes se abrigan iniciativas como el hospital de día de procesos y se han abanderado programas de asistencia en los que el médico de familia y el del hospital -y una gestora especializada- van de la mano.

Antiguamente, cuando un paciente de atención primaria necesitaba acudir al especialista, su médico de familia le asignaba un volante cuya urgencia se establecía en función de si era prioritario o normal. Esta catalogación se fue viciando y acabó resultando poco efectiva. Había que buscar una alternativa, y esa se llamó Derivación especial.

Se trataba de un circuito que conectaba atención primaria y hospitalaria, y a través de él, los médicos de cabecera, por medio de papel y con criterios consensuados, derivaban a los especialistas a los pacientes que podían sufrir una patología más grave. La idea era buena, pero se ejecutaba por medio de correos electrónicos y los resultados dependían de la implicación de cada médico o de las áreas.

Ese proyecto quedó a medias, pero generó en los médicos del área sanitaria de Lugo una cultura de priorización clínica que, finalmente, ha sido el germen de las vías que ahora ha implantado Hermes.

Las vías de derivación

Cuando un paciente acude a un centro de salud del distrito del Lucus Augusti y su médico de cabecera detecta que puede sufrir alguna patología que debe confirmar un especialista, tiene establecidas tres vías para hacerlo. Una rápida, otra no presencial y una ordinaria. Tres opciones consensuadas entre médicos de atención primaria y especialistas, que están perfectamente delimitadas y no dejan margen para la subjetividad o los intentos de adelantar por la derecha.

Las vías rápidas del HULA son 29 -tantas como servicios médicos tiene el hospital- y en ellas se incluyen más de un centenar de enfermedades diferentes. Cada servicio, como puede ser neumología o dermatología, tiene asignadas -y acordadas- un número de enfermedades (dos o tres) que considera que deben ser tratadas con prioridad y cuando en la consulta de atención primaria un paciente tiene síntomas de encajar en una de esas patologías, su caso toma velocidad.

El médico de cabecera remite las pruebas a los especialistas -cada servicio tiene una o dos personas a las que llegan las peticiones y hacen la valoración-, y estos en menos de siete días -hay servicios que en 48 horas- responden si ese paciente cumple los criterios. Si la respuesta es afirmativa, se le dará una cita rápida. En la actualidad, la mediana está en 21 días.

La vía no presencial

Aunque a los pacientes a veces se les hace raro, existe una vía no presencial que, tal y como su nombre indica, no necesita que el especialista vea al enfermo. Es como un sistema de consultoría que conecta al doctor de cabecera y al del hospital. Por ejemplo, puede utilizarse cuando es necesario ajustar un tratamiento, cuando hay que analizar algunas pruebas y lo idóneo es que las vea el especialista, o cuando el médico de familia quiere cerciorarse de alguna cuestión. De esta forma, se solventan las dudas sin que sea preciso que el paciente tengan que acercarse al hospital.

La vía ordinaria es para casos que no entran en los dos criterios anteriores. Un ejemplo: un paciente que puede tener una artrosis. Se derivará al especialista en el menor tiempo posible, pero sin tener el carácter de urgente.

En los distintos casos, la consigna es que ya desde los centros de salud se soliciten las pruebas complementarias que puedan necesitarse para el diagnóstico en el hospital para evitar que los enfermos tengan que ir de servicio en servicio. El reto es la eficiencia y la eficacia. Y hasta la fecha los resultados avalan a Hermes.

ALBERTO LÓPEZ

«Buscábamos la equidad en el acceso a las prestaciones»

Alfredo Silva, director de procesos asistenciales; Rafa Monte, coordinador del flujo ambulatorio y consultas externas; Fernando Fernández, director de procesos con ingreso hospitalario; y Antonio Fernández, responsable de la unidad de gestión de procesos son los padres de la criatura. Ellos, de la mano de los especialistas del hospital y los médicos de atención primaria, y con el respaldo de la gerencia, pusieron en marcha un proyecto que reconocen que supone «un novo modelo asistencial».

«Realmente lo que intentábamos era buscar la equidad en el acceso a las prestaciones en nuestra área, priorizar realmente lo que era urgente», describen los gestores.

Objetivar cuáles eran esas enfermedades con carácter más urgente exigió mucho consenso con los especialistas, y de hecho el listado no es un compartimento estanco, sino que puede ampliarse. Aunque los casos de cáncer son los que generalmente entran por las vías rápidas, no son los únicos, puesto que hay otras enfermedades que se consideran urgentes más allá de los tumores. Además, como la medicina no es una ciencia exacta, habilitaron también un comité que, en caso de discrepancia entre el médico de familia y el especialista, adopta la última decisión. Ellos, además, tienen la última palabra cuando hay que valorar algún caso que puede condicionar la autonomía básica de un paciente.

Las conclusiones

La vehemencia de los gestores al explicar el proyecto da fe de la ilusión que supone para ellos Hermes, a pesar del volumen de trabajo. Porque, darle la vuelta al sistema ha exigido horas, mucho consenso, nuevas aplicaciones y hasta un libro que recoge específicamente toda la información. Casi un manual.

«Tras os primeiros nove meses os resultados foron exitosos. Para empezar, todos os servizos cumpriron ao ter un máximo de sete días na resposta ás consultas de vía rápida. A pesar de ter 29 vías e máis de cen patoloxías, os pacientes que entran por vías rápidas agardan menos de 30 días para ter unha cita, 21 de mediana; e non se xerou máis demora á hora de darlle cita ás consultas ordinarias, senón que se mellorou un día», detalla Silva, que avanza que el reto es comenzar ahora a regular esas citas ordinarias, empezando por las enfermedades con mayor prevalencia.

Entienden que el paciente, centro del proyecto, tiene así un servicio más efectivo y eficiente, además de equitativo. Los retos de la sanidad pública.

Las cifras

2.300  Consultas por vías rápidas

Se realizaron en nueve meses y todas ellas derivaron en una cita en el especialista con una demora de menos de 30 días. La mediana está en 21 días.

4.803 Consultas no presenciales

Era una posibilidad que ya tenían los médicos de familia antes de la creación de Hermes, pero en los nueve primeros meses del sistema su solicitud se incrementó en un 40 %.

50.000 Solicitudes consulta normal

Los médicos de familia en los primeros nueve meses de Hermes demandaron 50.000 consultas normales del especialista, un 8 % menos que en el mismo período del año anterior.