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La triste victoria del candidato del PP deja duda sobre si seguirá como jefe de la oposición
28 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Un nuevo candidato del PP en la ciudad se vuelve a estrellar contra el muro del PSOE. Desde que en 1999 los populares gobernados por Cacharro cortaron la cabeza del alcalde García Díez, el de la peatonalización del casco histórico, y presentaron a Arias Roca, no han podido acceder al gobierno de la capital. Orozco con 7 ediles y el BNG con 6 formaron el primer bipartito y, desde entonces, los socialistas no dejan el bastón de mando. Ni la crisis económica, ni las imputaciones de Orozco, ni las victorias contundentes de Fraga y Feijoo fueron suficientes para que los populares ganasen la alcaldía.
Durante estos veinte años han ido quemando a candidatos: el citado Arias Roca (1999), Manuela López Besteiro (2003), García Díez (2007), Jaime Castiñeira (2011 y 2015) y ahora Ramón Carballo. Castiñeira fue el que más cerca estuvo de lograrlo, con 12 ediles en el 2011 y apenas 490 votos en el 2015. Aquella frase de Giulio Andreotti de que el poder desgasta, sobre todo cuando no se tiene, los saben bien los candidatos del PP, que apenas aguantaron unos años como jefes de la oposición, salvo Castiñeira.
Ramón Carballo, con 60 años, señalaba en una entrevista en La Voz a la pregunta de qué haría el día siguiente de las elecciones: «Reflexionar sobre os resultados, seguro, sexan cales sexan, e a partir de aí xa tomaremos o camiño en función do que pase a noite do domingo 26». En la noche electoral Carballo no paró de agradecer a su equipo el apoyo recibido, pero reconocía «unha sensación agridoce» y asumía que habrá pacto de gobierno entre Lara Méndez y el BNG.
Por el momento, el candidato Carballo tiene los deberes hechos. Ha sido el ganador de las elecciones y tiene una posibilidad de ser alcalde. Es remota y tendrían que darse circunstancias extrañas para hacerse efectiva. Por eso, hasta el 15 de junio, el va por delante. A partir del 16 de junio, en las filas populares comenzarán a pensar si estarán ante un nuevo caso de candidato ganador y a la vez quemado.
Carballo, con responsabilidad actual en la Xunta, será quien decida los tiempos. Se lo ha ganado por sus resultados, pero los populares podrían volver a afrontar cuatro años de interinidad a la espera de un nuevo candidato para luchar contra el PSOE.