«Siempre me presento diciendo: 'Hola, soy Cristian y soy tu matrona'»

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

El especialista reconoce que sigue sorprendiendo que un hombre ejerza de matrona

27 may 2019 . Actualizado a las 15:56 h.

«El paritorio es el mejor sitio del hospital para trabajar, trabajas con la vida, el 99 % de las experiencias son positivas», cuenta Cristian Martín Vázquez, un lucense de 28 años que la próxima semana cerrará su ciclo de residente de enfermería en el HULA. Su especialidad, la de matrona. Una profesión en la que no abundan los hombres, pero en la que se siente de lo más feliz.

-¿Usted qué género utiliza para presentarse a sus pacientes, matrón o matrona?

-Siempre me presento diciendo: ‘Hola, soy Cristian y soy tu matrona’. Primero, porque la mayoría son mujeres y, segundo, porque la palabra matrón me suena más agresiva, de entrada. No es lo mismo.

-¿Cómo se decidió por ser matrona?

-Desde pequeño quería ser enfermero o fisio, me gustaba mucho el deporte y también me interesaba mucho la prevención de lesiones. Pero escogí enfermería para quedarme en Lugo. Me gustaba mucho el tema de la maternidad y el parto me llamaba la atención. Hubo un rotatorio de prácticas que me tocó en paritorio y me quedé alucinado con la naturaleza y la fuerza de la mujer. Dije: ‘yo quiero dedicarme a esto’.

-¿Siente que es un hombre en un mundo de mujeres?

-Sí, las pacientes con las que trabajo son mujeres y mis compañeras son mujeres, eso es real. Pero desde luego no me siento discriminado, ni mucho menos. De momento soy el único matrón en Lugo que ejerce ahora mismo en la provincia, pero cada año de los alrededor de 24 especialistas que salen, siempre hay uno o dos chicos.

-¿Por qué hay tan pocos hombres matronas, cuando por ejemplo hay muchos ginecólogos?

-Porque históricamente la atención al parto la hacía la mujer, incluso hubo culturas en las que era obligatorio. En la antigua Roma, por ejemplo, los hombres no tenían acceso al parto.

-En los dos años que lleva como residente, ¿alguna vez ha percibido algún recelo por ser un hombre?

-Nunca tuve ningún problema, pero sí que alguna vez he notado que no estaban cómodos. Hay culturas en las que solo el marido puede ver desnuda a la mujer, y se percibe cierto recelo no tanto por la mujer, sino por el hombre. Pero tú tienes que establecer una relación de respeto máxima y si lo haces, no tienes que tener ningún problema. Luego, hay mujeres que prefieren que las atienda una mujer, y también es respetable. A veces cuando van al centro de salud les llama la atención que lo que se encuentren en la consulta de la matrona sea un hombre sentado.

-¿Cuál es la parte más satisfactoria de su trabajo?

-Para mí, la atención al parto, congeniar con esa mujer o esa pareja y que al cabo de un tiempo contacten contigo y te manden una foto de ese niño, que te den las gracias, que se cree una conexión. Siempre digo que un día cualquiera de trabajo para mí es el día más importante de una mujer, entonces, tengo que conseguir que tenga un recuerdo de parto positivo.

-Se le ve implicado en la humanización.

-Es muy importante. Hay que respetar a la mujer, explicarle sus alternativas y orientarla para que su experiencia sea positiva.

-¿Cuántos niños ha ayudado a traer al mundo?

-Pues no sé, pero entre partos de matrona, con ginecólogo y alguna cesárea, pues unos 250...

-¿Alguna anécdota?

-Hay partos súper emotivos, que ya ves venir desde el principio: mujer empoderada que viene preparada con su música, con su pelota de casa, con confianza de parir y que lo consigue. La pareja le ayuda, le da masajes… ves que son un equipo y sabes que va a salir bien seguro. Acaba llorando la auxiliar, yo, los padres… Como anécdota, pues un papá una vez cuando nació el bebé me metió un golpe en la espalda y me dijo: ‘Eres un crack, patrón!’.

«Mi trabajo es apoyar a la mujer desde que nace hasta que muere»

Para Cristian Martín, que la sociedad conozca los pormenores de su trabajo es fundamental, sobre todo, teniendo en cuenta el gran desconocimiento que rodea a su profesión, más allá de la parte vinculada al parto.

-¿En qué consiste el trabajo de una matrona?

-Mi trabajo consiste en apoyar a la mujer desde que nace hasta que muere. Desde pequeñita con los cambios hormonales; el paso de la niñez a la adolescencia; la educación afectivo sexual, tan importante y tan carente en nuestro país; la prevención de embarazos no deseados, de las enfermedades de transmisión sexual; la anticoncepción. También la planificación y el control del embarazo; la lactancia materna, el puerperio, el método conceptivo posterior… Durante toda la vida de la mujer la figura de la matrona está presente, y la sociedad no lo sabe, es una pena.

-La gente no es consciente.

-No, toda mujer tiene derecho a tener una matrona y nosotros tenemos muchísimo campo abierto para poder ayudarlas, como puede ser la prevención de la violencia de género; los problemas del suelo pélvico; la menopausia; las pérdidas de orina. No es normal perder orina, hay un problema y se puede trabajar.

-¿Usted es partidario del parto en casa?

-Mi opinión personal es que hay que respetar lo que la mujer decida. Si quiere parir en casa tiene todo mi respeto y mi apoyo. Es necesario respetar la decisión de la mujer y es necesario una red publica de garantías como en otros países europeos. Por el momento, por mi limitada experiencia prefiero no asistir partos a mujeres en sus domicilios. Creo que es clave continuar humanizando los hospitales, poner todas las herramientas para que sea cada vez más humano y no quieran llevarse el parto a casa.