31 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.
Cuando en la provincia había carencias en lo que respecta a auxilio de personas lesionadas o enfermas, básicamente porque la Cruz Roja no podía llegar a todas partes a un tiempo, algunos alcaldes tuvieron la idea de comprar furgonetas. Eran, principalmente, Vanette de la casa Nissan.
Los regidores más mañosos pidieron que se les pudieran acoplar una camilla en la que poder trasladar enfermos y lesionados en caso de necesidad. Como no era cuestión hacer un gasto y luego no rentabilizarlo, el vehículo servía para otros menesteres cuando no había ningún tipo de urgencia. Hubo alguno que transportó incluso animales.