El banquero lugués que repartía gambas en ambulancia por Nueva York

LUGO

OSCAR CELA

José Carlos Bergantiños, acusado de falsificar cuadros en Nueva York, evita que lo juzguen ahora en la República Dominicana por un fraude bancario

28 mar 2019 . Actualizado a las 13:14 h.

Comenzó a hacerse rico repartiendo cigalas y otros mariscos por Nueva York en una ambulancia, que compró de segunda mano, a la que hacía sonar la sirena para salvarse de los atascos y llegar antes que la competencia. Ya asentado en Manhattan «fichó» a un chino que, por un puñado de dólares, le hacía cuadros falsos, con la firma de artistas de fama mundial, que luego colocaba en distinguidas galerías de la Gran Manzana. Además, en la República Dominicana, desempeñó el trabajo de banquero una larga temporada, llegando a ser alto cargo de una entidad que se quedó con los ahorros de cientos de clientes. El protagonista de todo esto, y mucho más, se llama José Carlos Bergantiños, nacido en Parga (Lugo) en 1956.

Este chairego se libró hace un par de años de ir de cabeza al banquillo para responder ante la justicia americana de lo que los expertos consideran como la falsificación de arte más apoteósica de los últimos tiempos. Estos días tendría que estar, con otros implicados, ante un tribunal de la República Dominicana para responder por una presunta estafa cometida en el Banco Peravia de dicho país y de la cual fueron víctimas cientos de familias que se quedaron sin sus ahorros. Su historia da para escribir y no parar.

A Bergantiños lo «salvó» la alta justicia española al decidir que ni se lo entregaba a Estados Unidos, ni a la República Dominicana. El de Parga jugó todas las cartas y ganó la partida. Si la hubiese perdido, dicen algunos abogados, posiblemente hubiera pasado el resto de su vida a la sombra. Hay que tener en cuenta que la justicia americana le imputaba 11 delitos de evasión de impuestos, fraude electrónico, blanqueo de capitales y conspiración por la falsificación de arte.

La fiscalía dominicana le atribuye estafa, asociación de malhechores, lavado de activos y falsificación de documentos. Le podrían caer hasta 10 años de cárcel, según cuenta el periodista dominicano Domingo Berigüete, de El Nacional, que cubre el macrojuicio del Banco Peravia, que se celebra en Santo Domingo y que todavía no tiene una fecha para su conclusión, entre otras razones porque hay que valorar unas 25.000 pruebas presentadas.

El lucense encontró en una esquina de Manhattan a un chino que hacía virguerías con el pincel y lo puso a trabajar para él. Por muy pocos dólares, y desde un garaje de Queens, le hacía cuadros de reconocidos artistas de renombre mundial, como Pollock o Rothko, que luego Bergantiños y su ex pareja vendían a precio de oro en las principales galerías de Nueva York. Eran falsos, pero colaban.

José Carlos era hombre de dinero. Quizás por eso llegó a banquero en la República Dominicana. Según Domingo Berigüete llegó a ejercer como director del consejo de administración del Banco Peravia. En esta entidad, según la acusación, supuestamente se cometían presuntos fraudes que iban desde sustracción del dinero de los depósitos de los ahorradores a préstamos aparentemente irregulares, pasando por no registrar certificados financieros. El caso llevó a prisión a todos los altos cargos del banco. En total hay una veintena de acusados, entre ellos Bergantiños que actualmente está a salvo en España.

Desde Lugo, el marchante que supuestamente se embolsó junto a la que era su pareja más de 33,2 millones de dólares por la venta de pinturas falsas, jugó su particular partida. Además de luchar para conseguir que no lo extraditaran, interpuso una querella contra el banco por abuso de confianza y la pérdida o desaparición de 2,2 millones de dólares.

Cuando en mayo de 2016 la Audiencia Nacional dijo no a su extradición a Estados Unidos por motivos de salud, el tribunal apreció que, tras sufrir un ictus en el 2006, presentaba un «grave proceso neurológico y psiquiátrico» que provoca que «se encuentre desorientado». El viaje, señalaban, podría empeorar su deterioro cognitivo.

El 27 de julio de 2017 la revista Vanity Fair publicó la única entrevista que concedió el de Parga. Este dandi, que en Nueva York no se perdía fiesta alguna que tuviese que ver con el mundo del arte, aparece en las fotos trajeado con pulcritud. El lucense, que en la República Dominicana regaló mochilas a escolares necesitados a través de una organización caritativa que tenía, asegura en la entrevista: «Tengo defectos, como todo el mundo. Metí un poco la pata. Así es la vida».