Crecen en un 200 % los venezolanos atendidos por el Banco de Alimentos

Marta de Dios Crespo
MARTA DE DIOS LUGO / LA VOZ

LUGO

Alberto López

La presidenta de la entidad en Lugo, Amadora Núñez, lo achaca a la situación del país

22 mar 2019 . Actualizado a las 19:33 h.

Cerca de 200 familias venezolanas afincadas en Lugo reciben ayuda del Banco de Alimentos. Amadora Núñez, la presidenta de la entidad, lo achaca a la crisis política que azota al país desde el 2013. «Muchos vinieron en situaciones dramáticas y necesitaban de todo», argumenta. Cifra su aumento en un 200 % y asegura que entre ellos y los cubanos que llegaron recientemente han desbordado sus previsiones. «¿Y qué? De momento vamos cumpliendo».

Tienen déficit de pasta y de arroz. «Es de lo que vamos más justitos», cuenta Núñez. Han buscado debajo de las piedras y hoy, a las 11.00 de la mañana, reciben un cargamento adicional donado por Vegalsa-Eroski. Es un 4 % sobre los 5.500 kilos recaudados por la entidad benéfica en los establecimientos de la empresa durante el 2018. «También tenemos mucha necesidad de leche, pero gracias a las lácteas vamos capeando porque nunca permiten que nos quedemos sin ella», dice con agradecimiento.

Atienden al mes a 10.100 personas de la provincia, «según el último control de la Xunta». De ellas, 560 son niños lactantes menores de tres años y 980 tienen menos de 12. «Que un niño se lleve una caja de galletas de chocolate y tres bolsas de patatas fritas, que ya sé que es colesterol y azúcar, es muy gratificante porque te cuentan que al día siguiente pueden ir con las chucherías al colegio y sentirse normales», explica Núñez. Repartieron a lo largo del año pasado 2.680.222 kilos de alimentos, «más o menos lo mismo que en el 2017. Solo en leche hemos distribuido 527.000 litros en el 2018». Sobreviven gracias a que «hay gente muy solidaria». Amadora Núñez empieza a enumerar las empresas que les ayudan mandándoles alimentos y la lista es interminable. También muchos particulares les llevan comida. «Hoy nos llamó un señor que podía prescindir de cinco cajas de patatas y hace unos meses otro nos trajo calabacines que eran una enormidad, esos no sirven para mandarlos a las familias, pero sí a los centros».

Son 25 los voluntarios se encargan del reparto en Lugo capital, «en Monforte y A Mariña hay más», desgrana Amadora Núñez. La mayoría de las colaboradoras son mujeres, 20 de los 25, y cuenta la responsable de la entidad que son profesionales de lo más diversas, «tenemos una farmacéutica, cocineras o amas de casa». Los repartos los coordinan a través de Aviva y Dignidad, dos instituciones que se encargan de distribuir la comida a las familias, también atienden a 54 centros de toda la provincia entre asilos y residencias para menores. «Nosotros recolectamos los alimentos y los clasificamos, después los pasamos a la nave de reparto, que está pegada», dice por las instalaciones ubicadas en el polígono de O Ceao.

Sin buses el pasado martes

El pasado martes, festivo en Galicia, hicieron su reparto normalmente. «Te puedo decir que no hubo autobuses para venir hasta aquí y la gente venía caminando desde la ciudad a buscarse la comida. Los tengo visto venir con niños de la mano», relata Núñez.