Limpian a mano el estiércol de pollos que echaron sobre mámoas de Becerreá

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

Óscar Cela

El dueño de la finca tuvo que retirar los excrementos en el yacimiento tras intervenir Patrimonio y el Seprona

21 mar 2019 . Actualizado a las 20:32 h.

La denuncia del Colectivo Patrimonio dos Ancares de que una mámoa de la necrópolis megalítica de O Chao do Marco, en la parroquia de Fontarón (Becerreá) había sido usada como almacén de estiércol de una granja de pollos ha surgido su efecto inmediato, casi sin que se llegase a presentar la correspondiente denuncia.

Y es que tanto Patrimonio de la Xunta como el Seprona actuaron de inmediato ante lo que suponía un atentado contra la mámoa más grande del concello de Becerreá, de casi 30 metros de diámetro, y la primera que fue catalogada en el municipio en los años noventa. El servicio de prevención de la naturaleza de la Guardia Civil levantó acta de lo sucedido y Patrimonio buscó una solución urgente, que pasó por instar al propietario de la finca a retirar el estiércol almacenado para labores agrícolas en otras fincas.

Óscar Cela

El dueño tuvo que retirar el estiércol de forma manual, con rastrillos, ya que al ser un bien catalogado no se puede utilizar maquinaria. Incluso las huellas que había dejado la descarga de dos camiones fueron eliminadas. El yacimiento, que se encuentra a pie de la carretera provincial LU-708, que comunica O Cereixal y Louxas, fue señalizado hace años por el colectivo patrimonial, pero al poco tiempo se retiró la señal.

PATRIMONIO DOS ANCARES

La agresión a esta mámoa es, para el historiador e integrante de Patrimonios dos Ancares, Xabier Moure, un ejemplo más de los continuos ataques que sufren los yacimientos megalíticos en Galicia. Son frecuentes las agresiones al patrimonio catalogado pero que como en ocasiones no son restos visibles o no se hallan en las ciudades sus daños pasan más desapercibidos. Moure pone como ejemplo las lamentables pintadas en la catedral de Santiago, cuyo foco mediático es inmediato, pero recuerda que hay decenas de yacimientos antiguos que están olvidados, sin señalización o una protección efectiva, más allá de su catalogación.

«Neste caso afortunadamente os danos son reversibles, porque a imaxe era horrible, como unha pintada, pero pódese limpar. O peor é cando se arrasa cun xacemento completo», explica Moure, como sí sucedió en febrero en nueve mámoas de la ruta de Cereixa a Louxas. «A tala e repoboación forestal levounas por diante. Neste caso solicitamos a Patrimonio que se impoñan sancións por falta grave, o que pode conlevar unha multa que oscila entre os 6.000 e 150.000 euros».