Tecnología de la NASA para recuperar a los gigantes del Breogán

LUGO

oscar cela

Usan una máquina que anula la gravedad para acortar los plazos de rehabilitación

24 feb 2019 . Actualizado a las 21:56 h.

Los adelantos en los métodos para la recuperación de lesiones son cada vez mayores y en el caso de los deportistas profesionales uno de sus grandes problemas es acortar los plazos de recuperación cuando sufren un problema físico. Una innovación notable son las máquinas que anulan la gravedad, de las que en Galicia hay dos. Una de ellas está en el Club Fluvial de Lugo y uno de sus principales usuarios es el breoganista Henk Norel, bajo la atenta supervisión del preparador físico del Cafés Candelas Breogán, Jaime Capellá, al que el uso de este aparato le está permitiendo recuperarse antes de lo previsto de su lesión.

La máquina se denomina Alter G y tiene un precio de mercado de unos 50.000 euros y está patentada por la NASA.

Sistema de funcionamiento

El sistema de funcionamiento es, aparentemente, muy simple. Los pacientes se colocan dentro de una bola que tiene su cierre por encima del ombligo y que se cierra herméticamente con un pantalón, también de características especiales para engancharse a la mencionada bolsa. En el momento en el que la persona que asiste a rehabilitación está colocada, la máquina insufla aire y provoca que el paciente llegue a suspenderse en el aire. Puede llegar hasta desgravitar alrededor de un 80% del peso de la persona que la utiliza.

En el caso de los deportistas, su uso principal es para tratar lesiones que les han provocado inflamación, también lógicamente para los que tienen que recuperarse de intervenciones quirúrgicas, que les ocasionan dolores cuando corren, un sufrimiento que el uso de esta técnica les permite eliminar casi por completo.

En el caso del pívot breoganista, el jugados sufrió una complicada operación en su rodilla que le obligó a llevar a cabo un lenta y dolorosa recuperación. La máquina le dio una gran confianza para comenzar a correr prácticamente de una manera normal y por lo tanto adelantó su plazo de recuperación, incluso más que si estuviera realizando trabajo en la piscina, tarea con la que complementó las sesiones que hizo en la piscina.

Sensación de confianza

Henk Norel no podía hacer fuerza sobre su rodilla operada, pero el trabajo en este novedoso aparato, que le provocaba la sensación de que podía correr como si fuera en una cita, y por lo tanto le otorgaba confianza, fue de gran ayuda.

Las primeras sesiones cuando prácticamente acababa de salir del quirófano fueron de entre 20 y 25 minutos, tiempo que se fue incrementando, en gran parte gracias a la fuerza de voluntad del holandés, hasta alcanzar los 45 minutos de carrera continua. A medida que mejoraba también reducía la desgravitación, que suele comenzar al máximo, alrededor de un 80%, para reducirse en el tramo final del proceso hasta un 30%.

Sensación de seguridad

El preparador físico del Breogán, Jaime Capellá, es el compañero inseparable de Norel en su recuperación y el que mejor conoce el efecto que causó en el jugador el uso de la máquina. «A nivel mental es muy importante la sensación de seguridad que produce en el jugador, al que le devuelve casi de inmediato la sensación de sentirse útil».

Jaime Capellá no oculta que en muchas ocasiones es reacio al trabajo con máquinas en recuperaciones y que le gusta tratar a los jugadores con sus propias manos, pero en el caso de la Alter G hace una excepción. «Es sin ninguna duda un excelente instrumento. Hay que reconocer que es una máquina muy cara, pero es una gran herramienta».

En lo que compete a la diferencia que supone trabaja en la piscina o hacerlo con este aparato, Jaime Capellá explicó que «el tipo de trabajo que se hace en el agua o con la máquina es similar, pero con el aparato el jugador tiene una sensación prácticamente real de que está corriendo en la cinta y eso le ayuda mucho en el plano anímico a recuperarse».

Los beneficios de este sistema son evidentes, a juicio del preparador físico breoganista. «En la fase de recuperación ningún deportista tiene fuerza en la articulación y por lo tanto no puede correr con normalidad. La máquina, al eliminar casi por completo la gravedad, reduce mucho el impacto sobre la zona dañada y le permite correr, lo que acorta los tiempos de recuperación».