El ascensor de Castro de Ribeiras de Lea que no funciona con mucho frío

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARíA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

PALACIOS

El elevador del centro médico tiene un sensor que interrumpe el servicio por debajo de los cero grados

09 ene 2019 . Actualizado a las 08:40 h.

El ascensor del centro médico de Castro de Ribeiras de Lea es muy sensible al frío. Tanta sensibilidad demuestra que si la temperatura baja, su funcionamiento se bloquea. El umbral que separa su utilidad para los usuarios de las instalaciones de la imposibilidad de utilizarlo está en los cero grados. Cuando la temperatura ambiente, se pone bajo cero, el ascensor no funciona. La razón de que se inutilice temporalmente está en que lleva incorporado un sensor que capta la temperatura del momento.

El ascensor permite subir de la planta baja -situada al nivel de la calle, dedicada al fallecido escritor Xabier P. Docampo- al primer piso. Ayer por la mañana, minutos después de las once, funcionaba, aunque la temperatura del exterior suponía una clara ayuda: la helada nocturna ya estaba casi desaparecida, y de la niebla apenas había noticias, así que los grados no eran un impedimento para funcionar. En días anteriores, en cambio, la situación fue distinta y el servicio tuvo interrupciones.

Cuando no funciona el ascensor, la alternativa para los usuarios del centro médico consiste en subir y bajar por una rampa que acusa todas las inclemencias meteorológicas que puedan darse: si llueve, hay que usar el paraguas; si el tiempo viene seco pero frío, como ocurre estos días, hay que agarrarse al pasamanos para evitar resbalones.

En el edificio, inaugurado hace diez años, los fuertes vaivenes de las temperaturas ya causaron algún problema anterior. En diciembre del 2008, con la comarca chairega sometida a una ola de frío, varios usuarios se quejaron del frío pasado en el interior. La razón estaba en problemas derivados de la red de gas, que era el combustible previsto para el edificio: se cambió primero por bombonas, debido a que entonces aún no estaba lista la canalización; luego se pasó al gasoil, ya que el primer método alternativo apenas permitiría unos días de autonomía.

Esas eran soluciones provisionales a la espera de poder contar con gas. Pero entonces, en días de intenso frío, hasta se llegó a desconectar un día la calefacción. La decisión no fue caprichosa, sino que se debió como manifestaron entonces fuentes municipales, a la instalación de un ascensor.

Ahora, con el elevador ya colocado, los problemas derivados del frío aún continúan, pues el elevador trae un sensor difícilmente compatible con inviernos chairegos algo rigurosos. Y para los próximos días se anuncia más frío.

La alternativa para entrar es una rampa en la que también se notan los rigores

del invierno