Una empresa del dueño de Hotusa compra el Palacio de Sober

c. cortés MONFORTE / LA VOZ

LUGO

ROI FERNÁNDEZ

Adquirió un hotel de cinco estrellas que lleva sin funcionar cuatro años

26 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La compradora del Palacio de Sober es una empresa propiedad del dueño de la cadena hotelera Hotusa. El chantadino Amancio López Seijas es el administrador único de Nubian Properties, la firma que ha puesto 2,4 millones de euros sobre la mesa para quedarse con el hotel de cinco estrellas que abrió en Sober en el 2010 y cerró cuatro años después sin haber logrado lo que sus promotores pretendían: abrir en la Ribeira Sacra un nicho de mercado para el turismo de lujo.

La subasta por el Palacio de Sober permaneció abierta durante varios días a mediados del pasado mes de mayo y se cerró el día 14 con una sola puja. En aquel momento, no había trascendido el nombre de la empresa o el particular que estaba detrás de aquella oferta, pero ahora ya se sabe que se trata de Nubian Properties, una empresa con sede en Madrid y que tiene como administrador único al presidente del grupo Hotusa, el primer consorcio hotelero europeo.

Nubian Properties fue fundada este mismo año y figura en el registro mercantil como adscrita al sector hostelero.

El concurso, sin cerrar

Fuentes próximas al proceso confirmaron ayer que el procedimiento judicial de liquidación de Alvaher 98, la empresa que construyó el Palacio de Sober y gestionó el hotel durante sus cuatro años de actividad, no está todavía definitivamente cerrado.

Los administradores que tomaron las riendas de Alvaher 98 cuando entró en proceso concursal en el 2015 establecieron el año pasado en 4,7 millones de euros el valor de los cuatro pisos del edificio del Palacio de Sober y la finca de algo más de 20.600 metros cuadrados que lo rodea.

En la única puja presentada durante la subasta el pasado mes de mayo, Nubian Properties ofrecía 2,4 millones, un 51% de la tasación oficial. A pesar de que se trataba de la única oferta, como no alcanzaba el 70% la adjudicación no fue automática, sino que el juzgado abrió un plazo para que los entonces todavía dueños del hotel o sus acreedores mejorasen esa oferta si querían.

Se pusieron a la venta en tres lotes distintos las propiedades vinculadas al Palacio de Sober. El del edificio y su finca era el más caro, pero el juzgado también vendió en un segundo lote el mobiliario y los enseres de hostelería que tenía el establecimiento en su interior cuando cerró. Y en el tercer lote iba una parcela cercana. El mobiliario estaba tasado en 450.000 euros y el único postor ofreció 60.000.