El obispo descarta cobrar por entrar al «corazón de la catedral»

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Admite que habrá que «buscar alguna manera» de financiar obras de mantenimiento

20 sep 2018 . Actualizado a las 23:38 h.

La catedral de Lugo ha sido sometida a numerosas obras de restauración y limpieza en la última década. Las más recientes aún están en ejecución, si bien prácticamente rematadas: se trata de los trabajos en el bajo cubierta a la altura de las antiguas sacristías y de la capilla de San Froilán, que permitirán incorporar nuevos espacios al Museo Diocesano, para su uso como almacén de piezas y oficina o local de estudio. De estas obras informaron ayer el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco. En respuesta a preguntas de los periodistas, el prelado aseguró que no está previsto cobrar por el acceso a la nave central del templo, aunque reconoció que será preciso buscar fórmulas para conseguir recursos para financiar las labores de mantenimiento.

El obispo, con respecto a la posibilidad de que se llegue a cobrar por acceder a la catedral, declaró: «Nós non imos cobrar nunca por entrar ao corazón da catedral, onde está o máis característico, centrado arredor do Santísimo Sacramento». Añadió: «Non imos cobrar nin para entrar a rezar, nin para ver o altar maior, nin para todo o que é a nave central». Tras señalar la necesidad de buscar alguna vía de ingresos para hacer frente a los gastos de mantenimiento del templo, indicó: «Se atopásemos algunha maneira, nunca sería, en todo caso, cobrar por entrar ao corpo principal da catedral, que estará sempre libre e aberto; é máis, nós desexamos que as persoas poidan entrar, rezar se xa comprenden o que teñen diante dos ollos, ou, senón, descubrilo».

El arquitecto José María Alonso resumió a las autoridades civiles y eclesiásticas las características de las obras a punto de finalizar en la catedral, en el bajo cubierta de las antiguas sacristías y de la capilla de San Froilán.

Indicó que una de las dificultades que planteó la obra fue que en el espacio de mayor volumen en el que se intervino había tabiques. Fueron eliminados y, para soportar el forjado, se instaló una estructura metálica. En la otra parte, se abrieron huecos para poder pasar.

Otra de las dificultades fue el suelo de este espacio. En realidad se trata del trasdós (plano superior externo convexo) de las bóvedas. La solución fue instalar una estructura de madera, para nivelar el suelo y, sobre ella, tarima de castaño sobre rastrel. Igualmente, explicó que se efectuó una instalación eléctrica, y la dotación de calefacción se resuelve mediante radiadores con acumuladores eléctricos. También se instaló un sistema de extracción de aire, para permitir la ventilación y evitar el aumento de la humedad.

El conselleiro señaló que el importe de estas obras asciende a 124.027 euros. Indicó que la mejora de la catedral y de su museo tienen incidencia también en la economía lucense por la vía del turismo. Destacó que en este caso son obras cuyo resultado no será visible para el público en general, pero que resultan fundamentales.

El obispo, por su lado, dijo del proyecto aún en ejecución que es «moi significativo». Expresó su agradecimiento al conselleiro y a su equipo e indicó que la visita al museo da una ida de lo que fue Galicia, porque alberga piezas procedentes de distintas provincias.

Las obras aún en ejecución para ampliar el museo diocesano cuestan 124.027 euros

Inversión y gestión

La Muralla y la catedral son los dos grandes monumentos de Lugo, y, por tanto, los grandes atractivos para el turismo, esa pieza cada día más esencial de la economía lucense. La conservación de ambos monumentos se lleva cada año pellizcos considerables del erario. Pero no es suficiente. En el caso de la Muralla hace falta más inversión y más gestión para mejorar el entorno inmediato, tan degradado en algunas zonas.

Intento de que el templo «luza bonito» para celebrar los 350 años de la Ofrenda del Antiguo Reino

En el Corpus del próximo año, la ofrenda del Antiguo Reino de Galicia a Jesús Sacramentado cumplirá 350 años. Así lo recordó ayer el obispo, Alfonso Carrasco Rouco, que declaró que para entonces quiere que la catedral «luza bonita». En este sentido destacó que en el templo hay aún mucho trabajo por hacer. Dijo que es un edificio muy agradecido, en tanto que en cada intervención revela aspectos novedosos.

Por su parte, el conselleiro Román Rodríguez indicó que, en los últimos años, la Xunta, en estrecha colaboración con el obispado de Lugo, avanzó en la salvaguarda y la puesta en valor de la catedral, así como en el impulso del museo catedralicio; con respecto a este último recordó que la Administración autonómica ha dedicado en total unos 374.020 euros durante los tres últimos ejercicios. Las obras en el bajo cubierta, a la altura de las antiguas sacristías y de la capilla de San Froilán, supusieron también la puesta en valor de las ventanas románicas del triforio.