Un gran retraso en la licencia, y ahora una ruina

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

Después de tres años, la asociación consiguió permiso para rehabilitar el edificio

15 sep 2018 . Actualizado a las 00:14 h.

La asociación Raiolas, que da amparo a familias y personas con TEA (trastornos del espectro autista) se encuentra ahora en una encrucijada. Después de tres años de espera, el Ayuntamiento de Lugo le acaba de otorgar la licencia para ejecutar las obras de acondicionamiento del edificio que les cedieron en el campus, en el que pretenden poner en marcha un centro de día. Según explicó la presidenta de esta organización, Inés Flores Lozano, el próximo día 31 de octubre se acaba el plazo para acceder a la subvención que les concedió la Diputación para la reforma del edificio y no les resultará fácil que los trabajos estén acabados para esa fecha y tampoco saben si el dinero será suficiente.

Raiolas, según confirmó su presidenta, está solicitando presupuesto a varias empresas. «Todas -señaló- coinciden en que el tiempo es escasísimo para poder ejecutarlas, incluso antes de examinar el estado en el que se encuentra actualmente el inmueble. Lo sería incluso si el edificio estuviera en las condiciones del año 2015, cuando solicitaron una estimación del coste de los trabajos necesarios para el nuevo uso.

La Diputación se comprometió a aportar 90.000 euros para el acondicionamiento del edificio, pero los plazos apremian. Incluye la cantidad a mayores que destinó a paliar los daños por actos vandálicos, que desde entonces se han multiplicado. La ONCE también realizará una aportación.

Revisar el presupuesto

El presupuesto inicial tendrá que ser revisado como consecuencia del incremento en los daños causados en el interior del edificio en el que arrancaron baños y lavabos y por quienes se apropiaron del material que había depositado. En una de las habitaciones hay restos de una gran hoguera que dañó el suelo y las paredes de todo el edificio están cubiertas de humo y de pintadas.

La presidenta de Raiolas señaló que en repetidas ocasiones cerraron el edificio para impedir que entrara gente a causar daños, pero volvía a aparecer abierto. En una visita que cursaron al inmueble, según dijo, encontraron a tres alumnos de un instituto, que en lugar de acudir a clases, estaban en el local fumando lo que, según todos los indicios, parecían sustancias estupefacientes.

En el edificio hay señales evidentes de que alguna persona podría usar las instalaciones para pernoctar porque hay algún objeto personal. En uno de los rincones colocaron una cama de cartones.

Raiolas tendrá que reponer puertas, sanitarios, cristales y pintar las paredes de un edificio que está completamente cubierto de basura. Entre la porquería acumulada hay decenas de condones usados tirados por el suelo e incluso algunas deposiciones humanas.

Quince plazas para el centro

Raiolas tiene previsto poner en marcha en este edificio, que nació como guardería para el campus universitario, un centro de día con 15 plazas para personas con autismo o con trastornos de la comunicación social. Los puestos se cubrirán por puntuación, entre las solicitudes que se presenten de toda Galicia.

La presidenta de Raiolas reconoció que las quince plazas lo cubrirían solamente con las necesidades de sus socios.