Comprado el local de La Cosechera, el mítico bar que cerró hace 30 años

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Por ahora no se conoce si el recinto volverá a ser dedicado a la hostelería

07 sep 2018 . Actualizado a las 07:58 h.

El local que ocupó el mítico bar lucense La Cosechera, situado en la rúa da Cruz, fue vendido después de permanecer sin ningún tipo de actividad desde hace unos treinta años, aproximadamente. Ese es el tiempo, estimado, que hace que cerró el establecimiento por el que pasó toda una generación de lucenses que eran adolescentes en los años ochenta.

Hosteleros con negocios en esa calle desconocen quién está detrás de la compra. Saben que el local pertenecía a varias personas de la misma familia que finalmente acabaron alcanzando un acuerdo para la venta. En algunos círculos se barajaba que la adquisición la había efectuado un hostelero con un negocio en la ciudad que pretendía montar una pizzería, pero tal extremo se desconoce.

Un empresario que conoce el local y su ubicación dijo ayer que cualquier negocio de hostelería que se instalase en el bajo y que conllevase el montaje de una cocina podría tener problemas a la hora de instalar la chimenea de humos.

La calle va a sufrir cambios en breve con el cierre del bar Anda y la apertura de un nuevo establecimiento de hostelería que promueven dos jóvenes cocineros y que pondrían en marcha el año que viene.

Una calle en auge

La rúa da Cruz es una de las que mayor auge experimentó en los últimos tiempos. Además de nuevos locales de hostelería, abrió el primer albergue cápsula de la ciudad y en su planta inferior un establecimiento que ofrece conciertos de música en directo. También fue abierto un nuevo restaurante de éxito y, en breve, será puesto en funcionamiento otro.

Una de las primeras máquinas de «marcianos» que causó furor

La Cosechera tenía un local amplio, repartido en varios niveles. Acaparó a un gran porcentaje de la juventud de los ochenta, entre otras razones porque podía escucharse música y, a la vez, echar una partida en una de las máquinas que hizo furor. También llegó a tener mesas de billar.

Por aquel entonces, no había en la ciudad muchos locales de estas características, aunque después fueron apareciendo. «Estaba El Quijote, el Ajena y pocos más», recordó uno de los clientes de La Cosechera.