Obligados a convivir con las velutinas

maría m. guntín / s. v. LUGO / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

En A Tolda un nido alcanza el tamaño de una bombona de butano y hay otros nidos repartidos por toda la ciudad

28 ago 2018 . Actualizado a las 13:52 h.

Las cifras que demuestran la proliferación de avispa asiática no dejan de aumentar año tras año, sin olvidar que el mes pasado fallecieron en Galicia tres personas como consecuencia de las picaduras del insecto. El colapso que sufren las administraciones por las llamadas de los vecinos que avistan algún nido es la prueba más fidedigna de que no hay un plan de acción eficaz para afrontar este problema.

 El nido más grande

En A Tolda las velutinas ya han causado una gran alerta entre los vecinos, que señalan asustados un nido de grandes proporciones que está en la cima de un roble. Varios de los residentes avisaron a las autoridades, que marcaron la zona con un cordón policial para evitar que los transeúntes paseasen por el camino que está debajo del árbol.

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El miércoles los bomberos acudieron al lugar, cuentan los vecinos, pero no pudieron acceder a las inmediaciones del roble al estar el nido dentro de una carballeira por la que no pueden circular los camiones. «No dejaron aviso ninguno ni dijeron nada de lo que van a hacer» explica una vecina, indignada ante la falta de información. «Falta información sobre las velutinas», explica otra residente, que dice estar muy nerviosa porque su nido está a escasos metros de su casa, en la que viven varios niños. «Hasta que no pase algo no van a hacer nada», añade.

El tamaño del nido alcanza el de una bombona de butano y supone un peligro para los vecinos de A Tolda y para todas aquellas personas que practican deporte en la zona, algo habitual al borde del río Rato. «Llevábamos días viendo avispas y no sabíamos de dónde venían», cuenta otra vecina. Esta mañana acudió a la zona un agente de la empresa pública Tragsatec que, explican los vecinos, «dijo que no podía retirar el nido porque es el único que trabaja en toda la provincia de Lugo y que necesitaba al menos a otra persona, además de que el nido tiene ya bastantes meses y unas 1.000 velutinas», cuentan los residentes de A Tolda.

Sin actuación del Concello

Ante lo que ya debería considerarse una situación de crisis resulta para los vecinos llamativo que el Concello no tenga un equipo especializado para emergencias y situaciones de peligrosidad como la descrita. También, señalan, es labor de otros organismos como la Xunta diseñar un protocolo a seguir ante la aparición de los nidos de velutina, «pero que sea eficiente y no provoque esperas tan largas».

Otro caso similar ocurre en As Gándaras, calle Juana La Loca, en un edificio de cuatro pisos que alberga un nido de velutinas debajo del tejado, al lado de una de las ventanas superiores. Los vecinos alertaron al Concello de lo sucedido y este dijo «que tenía muchos avisos», declara una de las afectadas, que no puede abrir su ventana para evitar que entren las avispas asiáticas. «Estamos asustados y solos porque lleva aquí muchos días y nadie lo quita», cuenta otro vecino.