«Pasamos fame e fomos descalzos»

LUGO

ASPA

Vecinos de A Croa relatan las penurias que tuvieron que soportar durante muchos años

18 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Pasamos fame e moitos fomos descalzos». Eso sucedió hace años en A Croa y quien lo contó fue Antonio Martínez Folgueira, el hombre que hace las veces de representante vecinal del núcleo de quince casas que, pasados veinte años, aún no son de quienes las habitan.

En ese punto, en medio de As Gándaras y Albeiros, acabaron asentadas bastantes familias que en el verano iban a las siegas a Castilla. «Eu nacín en San Justo de La Vega, entre o Manzanal e La Bañeza, porque os meus pais ían de camiño para as segas», recordó ayer Antonio. Los chabolistas también empezaron a trabajar en las fiestas con atracciones casi artesanales que nada tienen que ver con las de ahora.

x paz

Durante muchos años, el agua fue un bien escaso en el lugar. Tanto es así que los residentes utilizaban tinas o barreños para el aseo personal. «Nos gustaría bañarnos como cualquier vecino, pero teníamos primero que calentar el agua y luego meternos en la tina», contaba hace 38 años Generoso Carballo Martínez, que es uno de los que, pasado el tiempo, logró que le dieran una vivienda.

La situación en el lugar era tan deprimente que en chabolas de poco más de seis metros cuadrados llegaban a vivir matrimonios con hasta nueve hijos. Antonio Martínez recuerda que él vivió durante muchos años en un viejo autobús que compró por unas dos mil pesetas a una conocida empresa de Lugo. Al poco tiempo fueron a quitarle el motor porque aún podía servir. Pasado el tiempo, el vehículo acabó en la chatarra totalmente oxidado.

En A Croa hace cuarenta años no había nada, salvo miseria. El Concello hacía oídos sordos a las peticiones de los vecinos. Ni tan siquiera existía un acceso decente. La entrada era por una corredoira intransitable en invierno.

SANTI LOPEZ

Algún alcalde, recuerdan en el lugar, pasó por allí. Iba a pedir los votos y al día siguiente se olvidaba de ellos. En los años noventa un edil del PP, fallecido hace unos años, Jesús López Rábade, comenzó a sensibilizarse con la situación de estas familias. «Le planteamos un día algo sencillo: lo mismo que el Ayuntamiento construyó las chabolas de O Carqueixo, podía hacernos unas casas», dijo un vecino. Y Rábade consiguió sacar adelante la idea. En el 92 el alcalde Tomás Notario y el conselleiro de Ordenación do Territorio, José Cuíña, firmaron un convenio para la erradicación del chabolismo. Consistía en hacer quince casas con una aportación del 35% de la institución municipal y el 65 restante de la Xunta.

Las viviendas aún tardaron en llegar porque llevo tres años en tramitarse la concesión de licencias. En 1996 fueron pagadas algunas expropiaciones y en 1999 tuvo lugar la adjudicación. Aún hoy no llegaron las escrituras.

ALBERTO LÓPEZ

Antonio Martínez, expresó ayer el agradecimiento de todos a la alcaldesa y también al portavoz del PP, Antonio Ameijide, por sacar adelante el asunto. Los documentos que acreditan la propiedad parecen estar más cerca para un grupo de vecinos que llegan a sus casas a través de una carretera que está llena de baches.