Más de 20 años para tirar un tapón

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

La alcaldesa Lara Méndez consigue uno de los objetivos de su mandato, derriban el muro de la avenida da Coruña

07 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En una campaña electoral de 1999, el ex alcalde socialista López Orozco dijo que había que tirarlo. Era simplemente una fila de bloques de hormigón, pero tirar el muro de Garabolos fue tan difícil como el que durante muchos años separó las dos Alemanias. Finalmente el tapón, que en los últimos tiempos ya se conocía popularmente como el de «o galiñeiro», cayó ayer. El actual gobierno local anunció el derribo por lo menos en otra ocasión, pero se trató de falsos avisos. Pasaron más de veinte años para conseguir una demanda vecinal: poder transitar por una de las aceras de la avenida da Coruña, entre los números, sin el riesgo de ser arrollados por un vehículos, especialmente las madres que transportaban a sus hijos en cochecitos. La anchura del tramo no permitía el paso de estos y era necesario bajarlos a la calzada.

Lara Méndez y su equipo lograron hacer efectivo uno de sus objetivos. Un gallo y doce gallinas complicaron la cuestión cuando un día pretendieron el derribo. Las aves no podían quedar a sus anchas y por eso tuvieron que concretar algunos aspectos con su propietario y, además, pagar todas las indemnizaciones que debían.

La regidora, que acudió al lugar para presenciar el inicio del acontecimiento, dijo que se trataba de una demanda histórica y que, tirando el muro, cumplían un triple objetivo: mejorar la seguridad en la zona, «aumentar a calidade de vida da veciñanza e seguir humanizando a cidade, recuperando espazos públicos para o seu uso público».

Deshacer el muro no le salió gratis al Concello porque tuvo que pagar más de 60.000 euros en concepto de expropiaciones. Y hay que esperar a ver lo que dice la justicia porque algún propietario presentó denuncias.

El muro del tapón estaba situado sobre tres parcelas propiedad de 16 propietarios. Además, con cargo al presupuesto municipal, tuvo que pagar la extinción de una valla publicitaria. Algún vecino se preguntó si realmente la empresa que gestionaba el anuncio pagaba algo al Concello.

Las obras de demolición tienen un presupuesto de 36.360 euros y un plazo de ejecución de tres meses porque incluyen la urbanización de ese trozo de calle. Este terreno ya había generado en su momento grandes polémicas como consecuencia de la existencia de un gran pino.

Protestas

Durante muchas semanas, a lo largo del año 2016, vecinos de la avenida de A Coruña protagonizaron manifestaciones e interrupciones en del tráfico en la zona para conseguir la agilización de los trámites para acabar con el tapón. La espera fue muy larga pero, por fin, los bloques y las piedras, en un tramo de poco más de cien metros, ya son la historia. En breve, el tránsito de peatones será con normalidad. 

Proposta do BNG

Logo do derrubo do muro das galiñas, o BNG volveu a reclamar máis prazas de aparcamento na zona. «A nosa proposta pasa porque o Concello faga as xestións necesarias para crear espazos de estacionamento na rúa Xenebro, entre a avenida de A Coruña e a igrexa de Albeiros. É unha zona colapsada e con dificultades para atopar espazos de aparcadoiro pola cantidade de vivendas, comercios e hostalaría, ademais, de estar próxima a un nó de vías de comunicación con grande intensidade de tráfico», expresou onte a concelleira Maite Ferreiro.

Na actualidade, a anchura da rúa Xenebro, tal e como quedou, é duns seis metros aproximadamente, mentres que o ancho pola calzada pola que circulan os vehículos é de apenas cinco, expuxeron os nacionalistas.

A proposta a estudar

«Mentres non se faga o desdobramento previsto para a rúa Xenebro poderíase actuar para incrementar o número de prazas de aparcamento. Propoñemos ao Concello que estude cales son as posibilidades de adecuar o espazo», indicou Maite Ferreiro.

A proposta nacionalista sería a de estudar a posibilidade de crear unhas 20 prazas de aparcamento en batería, repartindo os seis metros actuais que ocupa o solado de formigón. Podería, din, crearse unha beirarrúa de entre 1,5 e 2 metros de ancho e os aparcamentos en batería duns 4,50 por 2,20 metros de ancho. «Trátase dunha estimación. Evidentemente deben ser os servizos técnicos municipais os que fagan este cálculo», indicou Maite Ferreiro.