El Rato, un río sin agua y con el lecho lleno de maleza

maría m. guntín / m. c. LUGO / LA VOZ

LUGO

El paseo también tiene muchos desperfectos en su mobiliario, con puentes inhabilitados, suciedad y tramos en estado de abandono

27 jul 2018 . Actualizado a las 22:19 h.

La conservación del parque del Rato, de unos siete kilómetros de longitud, podría obtener solo un aprobado en comparación con otras zonas verdes de Lugo. El parque dos Paxariños conseguiría, probablemente, la peor nota. Algo mejor está el paseo del Rato que, al menos, tiene mucho césped adecuadamente cuidado en casi toda su extensión.

El principal déficit del parque es la maleza que cubre la parte central del río y es que, en diversos tramos del paseo, los helechos tapan la poca agua que aún fluye por el regato. Esta imagen choca con el perfecto cuidado de la hierba que rodea al arroyo. La Diputación de Lugo es la encargada del mantenimiento de toda esta zona verde.

Es difícil mantener en buen estado los 900.000 metros cuadrados de zonas verdes que contiene la ciudad, pero más difícil es entender que casi todos los parques de Lugo tengan alguna deficiencia, en mayor o menor medida.

Siete kilómetros de paseo

Desde el principio y comenzando por el barrio del Sagrado Corazón, ya desde la carretera se aprecia un banco desgastado, con astillas y una tabla rota. También predominan las bases de farolas sin alumbrado, que resultan peligrosas ya que son difíciles de distinguir a simple vista. En el Sagrado Corazón hay una caseta que, desde hace años, debería ser el refugio de los utensilios que tienen que ver con la conservación del parque. A la garita le faltan losas y, en su interior, se puede entrever basura, restos de madera y mucha suciedad.

Un poco más adelante, ya en As Gándaras, los bancos tienen también un aspecto viejo y consumido, a causa de la poca vida que tiene la madera, como consecuencia de su escaso mantenimiento. En su cauce, el Rato tiene cada vez más hierba. En este barrio las marquesinas paralelas al río están rotas y tienen diversas pintadas. Hasta las farolas están torcidas como resultado de los golpes que les propinan los coches cuando aparcan.

La basura esparcida, que no es algo escandaloso a lo largo del paseo, sí se acumula en algunas zonas en las que plásticos y cartones destacan entre la hierba. La porquería se acumula igualmente en el lecho del río, sobre todo al llegar a la altura de la estación de tren. En su mayoría son bolsas de basura con restos orgánicos que abren los animales, volcando su contenido en el río.

Prohibido perros

En algunos tramos del paseo del Rato hay señales que prohíben el acceso de perros a las zonas verdes. Además del claro incumplimiento, ya que en una primera ojeada se pueden ver tantos canes como personas, es complicado entender por qué en una de las zonas verdes más grandes de Lugo son los animales los que molestan cuando todos los destrozos son fruto del vandalismo que sufren algunas zonas.

El camino de arena paralelo al río, ya a la altura del parque de Os Paxariños, se queda pequeño y es que la convivencia de los peatones y los ciclistas es cada vez más difícil. Las bicicletas proliferan en la ciudad pero la anchura del camino no. Esto genera conflictos ya que el sendero es utilizado para muchos fines por deportistas, gente mayor y personas que simplemente lo utilizan para pasear. «A pesar de todo, tienen el truco pillado y se entienden porque se supone que esto no lo van a aumentar», declara una corredora.

Un puente que se ha derrumbado y que la Diputación ha decidido vallar también llama la atención ya hacia el final del paseo. Al lado, un hundimiento en la arena bastante profundo es un peligro para ciclistas y peatones.

Farolas antirrobo

 750.000 euros de inversión

En septiembre termina el plazo para colocar las 283 farolas que iluminarán el parque del Rato desde la Avenida de Madrid hasta el parque del Sagrado Corazón. Su intensidad lumínica será regulable informáticamente con el fin de ahorrar y tendrán un color neutro para reducir el impacto ambiental. Los cables serán de aluminio y no de cobre para evitar robos. El sistema informático permitirá también controlar todos los puntos de luz.