El Paseo do Rato estrenará en el otoño alumbrado anti cacos

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

Carlos Castro

Las farolas están conectadas a cables de aluminio en vez de cobre para evitar robos

09 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si nada se tuerce y todos los trámites se completan, el Paseo do Rato tendrá operativo este otoño uno de los primeros alumbrados anti cacos que se colocan en la ciudad. En la Diputación, que es el organismo que paga la obra, se encontraron con que si en esa zona, muy apartada de la ciudad y alejada por tanto de viviendas o núcleos habitados, conectaban las farolas con cable de cobre, posiblemente sería robado a la primera de cambio. Este material, como se sabe, es apetecible para los ladrones porque consiguen darle muy buena salida en el mercado negro. La solución fue poner cableado de aluminio, material que cotiza poco cuando se vende para reciclaje.

Los técnicos planificaron desde el primer momento la solución para no tener ninguna dificultad técnica. Otra cosa, explicó un experto, hubiese sido tener que hacer un cambio en cualquier instalación ya montada porque el aluminio es más grueso que el cobre y también menos moldeable por lo que complicaría tremendamente su colocación.

En este caso, según consta en las distintas memorias elaboradas, fue necesario utilizar unos veinte mil metros de cable. Cubren un trayecto de más de siete kilómetros. El presupuesto de la obra fue de 750.000 euros. Pablo Rivera Capón, el diputado provincial encargado de la misma asegura que la ejecución cumple los plazos previstos. La empresa adjudicataria tiene ya montadas las casi trescientas farolas y es posible que, a finales de agosto, esté ya todo listo para que puedan alumbrar. El proyecto es de gran relevancia para este espectacular entorno de la ciudad. Los usuarios del paseo celebran el poder utilizar el mismo también por las noches. Sin duda, se abren muchas más posibilidades para uso y disfrute del entorno con la iluminación.

Dos partes

Rivera Capón destacó que la instalación se divide en dos partes. Por un lado la que afecta al paseo peatonal que bordea la cuenca del río y, por otro, a la travesía de lo que es la carretera LU P 2925. La seguridad de este vial mejorará de forma muy notoria. Por las noches, los conductores podrán circular con gran seguridad y sin el riesgo de llevarse por delante a algún peatón o ciclista por falta de visibilidad. La velocidad está limitada, pero hay momentos, especialmente los fines de semana en los que muchos conductores no la respetan y convierten el tramo en un punto extremadamente complicado peligroso.

Las farolas colocadas en la parte derecha de la travesía en sentido A Chanca, tienen dos puntos de luz y las del paseo uno. Están colocadas a distancias que oscilan entre los treinta metros, las de la carretera y 25 las situadas al lado del cauce fluvial.