La última carnicería de potro se despide

Dolores Cela Castro
Dolores Cela LUGO / LA VOZ LUGO

LUGO

Carlos Castro

La titular del despacho de Camiño Real se jubilará y dejará de vender chuletas para cuidar de sus nietas

15 jun 2018 . Actualizado a las 20:54 h.

La última carnicería que vende carne de caballo en Lugo prepara su cierre. Luisa Veiga Pérez, que regenta desde hace 19 años el despacho de Camiño Real 82, y que tomó el testigo de su anterior propietaria, que la mantuvo durante otros 38, se jubilará en los próximos meses. Todavía no sabe cuándo dejará de atender al público para hacerse cargo del cuidado de sus nietas mellizas, recién nacidas, pero probablemente no será antes de septiembre. Por el momento no ha encontrado a nadie que quiera hacerse cargo de un negocio de este tipo.

El secreto de este tipo de carne, baja en grasa y con un elevado aporte proteínico, en la carnicería de Luisa Veiga es que no la pone a la venta cuando llega el animal directamente de la sierra. «Hai que deixala repousar un mes ou dous. Temos unha finca e mantemos alí os poldros un tempo para que a carne non estea tan fibrosa». Reconoce la de este animal es más delicada que la de vacuno o de porcino y por tanto, más perecedera en cámara.

La titular del despacho De Potro trae los ejemplares que sacrifica de A Gañidoira y de Asturias. «É complicado atopalos porque cando foi o bum da crise empezaron a matar a reo porque os cabalos comían todos os días». También contribuyó, según dijo, que entre Asturias y Santander abrieran un cebadero, que compra la mayor parte de los ejemplares.

Luisa Veiga tiene una clientela fija. «A xente cando descubre que é unha carne tan boa non deixa de mercala. Hai clientes que a levan para pacientes que están con quimioterapia ou radioterapia para subirlles as defensas». «Veñen deportistas tamén, xente nova e clientes de toda a vida os que lles gusta a carne de poldro», comentó. «Tamén me chaman para que lles garde solombo para nenos que non comen ben e que con el non fan bola porque a fibra pártese antes e faise máis branda. Os meus netos é a primeira que comen, antes que o polo, incluso», explicó.

En la carnicería de Camiño Real venden cada semana unos 200 kilos de carne de potro. Sacrifica ejemplares a partir de siete meses y de menos de un año. No compra ejemplares con más edad porque, según asegura, «A partir de 15 meses ponse moi escura».

Su precio subió

Luisa Veiga se hizo con la carnicería por casualidades de la vida. Uno de sus hijos tuvo un accidente y pensaron que le podría ir bien en este negocio si le prestaban alguna ayuda. El joven, finalmente se recuperó mejor de lo que esperaban y no quiso hacerse cargo de la carnicería.

Veiga Pérez cree que desde hace 40 años y salvo un año en el que hubo un puesto en la plaza de abastos, que cerró, su despacho es el único de la ciudad en la que se vende este tipo de carne. «É unha pena que haxa que cerrar ?dijo? porque clientela para vendela hai».

Luisa Veiga, que lleva 19 años cortando carne de potro cree que no tiene complicación. «Os cortes son similares aos do vacún, o único, que non ten callos». En sus mostradores ofrece jarrete aguja, falda, además de filetes y chuletas.

«Esta carne ?explicó? guisada está riquísima. Na miña casa cómese dúas veces á semana e o meu marido, que está a dieta, todos os días ten na mesa un filete. Leva moi pouca graxa e é boa para as dietas».