Los vecinos confían en que en el mes de agosto la empresa ponga una solución al problema de los ruidos con la instalación de una barrera acústica de 200 metros de longitud y de 5,5 metros de altura. Tavara confirmó que está prevista esta actuación en esa fecha, aunque reconoció, delante de la alcaldesa que dependerá de los permisos que son necesarios para instalarla.
Simón Tavara, que en ningún momento dejó de reconocer la existencia de este problema, apuntó ayer que las emisiones al medio ambiente se reducirán con la puesta en marcha de la nueva línea de aglomerados. En dos años pretenden completar el proyecto. El gerente admitió que los vecinos están «impacientes»