«Se houbera campas en Cervantes, non iriamos a León»

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Las vacas saben el camino y vuelven solas de la comunidad vecina cuando caen las primeras nieves

27 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Empezaron sus padres y sus abuelos a trashumar; primero, en terrenos fronterizos entre Cervantes y León, y sin pagar, porque el monte estaba abandonado. Se quedaban día y noche vigilando el ganado, por turnos, en la Campa do Brego, según recuerdan los ganaderos de Moreira, una localidad de la parroquia de Donís, que en días pasados trasladaron parte de sus vacas del otro lado de la montaña. En el próximo mes harán el mismo camino para conducir a las madres de los terneros que están a punto de destetar. Antonio Gómez, uno de ellos, hizo su primera caminata para llevar a las vacas a los pastos de verano con ocho años, acompañando a su padre. Había menos ganado, recuerdan. «Se tiveramos campas en Cervantes, non trashumabamos», insisten.

Con la PAC, el aumento del número de vacas y la profesionalización de las explotaciones, los ganaderos -actualmente 16, de varias parroquias cervantinas- tuvieron que empezar a cruzar la invisible línea divisoria entre Galicia y León y a pagar una renta a las comunidades de montes de Campo de Agua por el uso de los pastos. Les cobran 40 euros por animal por las 5.000 hectáreas que tienen derecho a ocupar desde la primavera hasta que caen las primeras nieves, cuando el ganado regresa solo a las cuadras. Las vacas más veteranas, que conocen el camino, guían a las otras. En Piornedo los ganaderos de Moreira pagan por el alquiler de tierras, que sus propietarios no usan, 900 euros anuales; en algunos casos más, dependiendo de la superficie. No llegan para poder alimentar al ganado.

Hasta los años 80 eran los propietarios de las pallozas de Campo de Agua los que las utilizaban cuando subían sus animales durante el verano. En los meses más crudos bajaban todos, vacas y pastores, hasta Aira da Pedra. Un incendio que destruyó las edificaciones, que reconstruyeron después como casas de verano, hizo que no volvieran a utilizar estos pastos. En los ganaderos de Cervantes, con necesidades de tierra, encontraron no solo arrendatarios, sino también animales adultos -no llevan terneros por miedo a los lobos- que mantienen el monte limpio.

A Campo de Agua van reses de Cerredo, Santalla, Quindós, Lamas de Pardelo, Moreira y Os Olmos. Los productores de carne de Cervantes, que antes conducían mayoritariamente animales de raza rubia gallega por desfiladeros hacia León, han ido incorporando otros animales más duros.