Desayunos sin bollería para pacientes infartados

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Cardiólogos, enfermeras, fisioterapéutas, médicos rehabilitadores y nutricionistas enseñan hábitos saludables en el HULA

04 may 2018 . Actualizado a las 20:50 h.

Una tostada con aceite de oliva, una loncha de jamón, fruta, yogur con nueces, tomate, aguacates y otros alimentos con poca grasa son alguna de las alternativas al mayoritario café con leche con bollería que plantea la unidad de rehabilitación cardíaca del HULA para consumo de los pacientes que sufrieron algún infarto o angina de pecho. Ayer reunieron a más de una docena de ellos -por esta unidad pasaron el pasado año un centenar - para presentarles el primer desayuno cardiosaludable, en el que ofrecieron cinco posibles recetas para la comida que se considera la más importante del día. Se trata de una iniciativa que repetirán en cada estación.

Para la elaboración de los primeros desayunos cardiosaludables contaron con Remo Pillado, el jefe de cocina de la cafetería del HULA y con la nutricionista Antía Pérez. La teoría sobre la importancia de la primera comida del día la aportaron el jefe de servicio de cardiología Carlos González Juanatey y la enfermera y la rehabilitadora de la unidad, Mar Abad y Marta Cerecedo.

Los alumnos de esta clase sobre alimentación eran pacientes que sufrieron un evento cardíaco. La mayoría de ellos presentaban en ese momento el colesterol alto, padecían diabetes, tenían la tensión alta, obesidad o llevaban una vida sedentaria.

La cardióloga de la unidad, Eva Pereira, que desarrolla su trabajo con el médico de su misma especialidad Rafael Vidal, explicó que con esta iniciativa pretenden dar herramientas a sus pacientes para cambiar sus hábitos de vida por otros más saludables.

«El paciente que acaba de sufrir un evento coronario, que va a marcar un antes y un después en su vida, -explicó Pereira- está en esta etapa especialmente sensible y deja de fumar, come sano y hace ejercicio». «Al mes -añadió- todo sigue perfecto. A los cuatro meses podemos decir que va bien, pero cuando llegamos al año van relajando. A partir de los cuatro ya ni se acuerda de cómo debe cuidarse».

El objetivo, según la cardióloga, es que el paciente mantenga los hábitos saludables que tratan de transmitirle en las ocho semanas que acude a la unidad, durante el resto de su vida. «La adherencia al medicamento la suelen llevar bien. Es peor el tabaquismo porque algunos vuelven a fumar, se descuidan en la alimentación y dejan el hábito del ejercicio». «No hace falta -añadió- que se apunten a un gimnasio para caminar o hacer bici». «La población, en general, debería dedicar cinco días a la semana 45 minutos a hacer ejercicio moderado», concluyó la especialista del HULA.