El comité de expertos afirma que en el centro de San Rafael, que dependía de la Diputación, los pacientes «residían nunhas condicións lamentables, motivo do seu peche». Previo al traslado de pacientes a Calde, en febrero del 2012, se hicieron reformas por 290.000 euros. Destacan que el hospital cuenta con instalaciones «satisfactorias por amplitude de espazos como luminosidade, con teitos altos que ofrecen sensación de amplitude e desafogo».
Sobre las actividades que desarrollan los internos, destacan el número y variedad de talleres, «nada masificados», a los que acuden sobre un 80 % de los pacientes. Estos disponen de monitor deportivo de lunes a viernes con actividades variadas, además de un servicio de afeitado y barbería semanal. Sobre el aspecto de los pacientes, existe un servicio de lavandería en la ciudad «que garante o bo coidado e estado da roupa, situación que non é frecuente que ocorra na rede do Sergas», lo que favorece la buena imagen y evita la estigmatización de los usuarios. Los psiquiatras, que no se entrevistaron con ningún paciente para preservar su intimidad, señalan «o nivel de tranquilidade e de pacificación atopado ao longo da visita».
Apuntan que en el 2017 se produjeron 7 fugas de pacientes, 3 situaciones de contención mecánica, 7 caídas accidentales y ninguna agresión física, «o que indica a baixa incidencia deste tipo de situacións non desexadas».