Dueños de perros dejan sin recoger 100 kilos de excrementos cada mes en la Muralla

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

oscar cela

El Concello intentará que la Xunta permita colocar papeleras en las escaleras de acceso

04 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Una vez por la mañana y otra por la tarde, la empresa Urbaser limpia el adarve de la Muralla y, pese a ello, a lo largo del día se ven en el paseo del monumento numerosos excrementos de perro y bolsas con ese mismo contenido. En el gobierno local son conscientes del problema y perfilan una campaña de sensibilización. Anuncian que, de nuevo, intentarán que la Xunta autorice la instalación de papeleras en las escaleras de acceso al adarve. Si después de la campaña informativa no cambia el actual estado de cosas, el equipo de Lara Méndez está decidido, o eso parece, a aplicar el casi siempre eficaz recurso de la sanción.

Para los usuarios habituales de la Muralla, tanto por la mañana como por la tarde, es familiar la imagen de un trabajador o trabajadora de Urbaser armado de cubo y escobón recorriendo el adarve para recoger excrementos de perro, embolsados o no. El concejal de Desenvolvemento Sostible, el socialista Daniel Piñeiro, señala que la empresa recoge en el turno de mañana, de media, algo más de dos kilos, mientras que por la tarde la cosecha suele pesar algo más de un kilo. Con estos datos, es fácil concluir a cuánto asciende a final de mes la cantidad recogida.

La primera ronda de limpieza suele comenzar alrededor de las diez y media de la mañana; la segunda, sobre las 18.30 horas. Desde hace un tiempo, el trabajo se realiza a pie. Anteriormente, y durante una larga temporada, se hacía a bordo de un pequeño vehículo; al final de esa etapa en una motocarro. Pero parece que con tanto parar, subir y bajar, al final acaban antes efectuando el recorrido a pie. Terminada la ronda, el cubo se vacía en un saco y de allí a su tratamiento como residuo. Solo en verano se reduce el problema, especialmente en agosto -explica el concejal- debido a que hay menos gente en la ciudad, por las vacaciones.

Daniel Piñeiro señala, con generosidad desbordante al analizar el quid de la cuestión, que el problema es que no hay papeleras. Comprende que la Xunta no permita instalarlas en el adarve, pero no cree que no haya alguna fórmula admisible para instalarlas en las escaleras de acceso. Y eso es lo que pretende negociar con la Xunta. Explica cómo: las administraciones local y autonómica tendrán que firmar un convenio por el cual el Concello seguirá haciéndose cargo del mantenimiento de los jardines que rodean a la Muralla, que, como descubrieron recientemente en el consistorio, son de propiedad de la Xunta; una parte del acuerdo podría ser la instalación de las papeleras.

Campaña

En el gobierno de Lara Méndez parecen tener cierta aversión a hablar directamente de la aplicación de multas. El caso de la limpieza de la Muralla no es especial en este sentido. El edil Daniel

Piñeiro

opta por la sensibilización para lograr una solución al problema. Explica que su intención era haber desarrollado una campaña ya durante el año pasado, pero no fue posible porque estaba prorrogado el presupuesto. Ahora quiere poner en marcha una acción del tipo indicado, en colaboración con Urbaser. Pretende que sea

«unha campaña moi forte»

. Y después, si aún hay dueños de perros que no recogen los excrementos de sus animales, será el momento de recurrir a la sanción.

Por ahora, en el Concello no se plantean cambiar el modelo para la limpieza del adarve de la Muralla. Con los dos turnos, según Daniel Piñeiro, está suficientemente cubierta.

Desde hace algún tiempo los trabajadores de Urbaser recorren a pie el adarve

Daniel Piñeiro opta por la sensibilización para solucionar el problema

De momento no está previsto ampliar los dos turnos de limpieza de la Muralla