«El hilo invisible»: Las puntadas del amor

LUGO

26 feb 2018 . Actualizado a las 11:54 h.

2017?• Estados Unidos?• Paul Thomas Anderson• Daniel Day-Lewis, Vicky Krieps, Lesley Manville s• A pesar de que hace 18 años que Paul Thomas Anderson hizo su obra maestra, «Magnolia», cualquier película que se estrena de él es un acontecimiento y su última obra, «El hilo invisible», vuelve a dejar momentos para el recuerdo, y como otros de sus filmes, baches narrativos.

Hay dos aspectos de «El hilo invisible» que no he visto reflejados en la crítica. En la puesta en escena, Anderson ha tenido en cuenta el cine de Hitchcock, y no solo por el papel «ama de llaves» de «Rebecca» de la hermana del protagonista, sino por la manera de filmar el enamoramiento de una pareja, su desarrollo y posible destrucción («Encadenados» o «Vértigo», principalmente). Escenas iniciales en el coche o los «chirriantes» desayunos son buenos ejemplos.

Y el otro aspecto que Anderson quiere abordar es el del amor, pero no como un acontecimiento irracional, pasional e incluso febril, que también, sino como un juego de paciencia (como explica mi amigo Jordi en su estupendo blog cosasquetecontealoido.com) y de búsqueda. «El hilo invisible» arranca como una especie de «Pigmalion», en la que el maestro atrapa a su presa, para poco a poco reconvertirse la situación cuando la alumna captura el amor que persigue. A pesar de algunas escenas bastante convencionales y la habitual distancia que marca Anderson con sus personajes, hay momentos impagables, como esa preparación y cena final.

• Abella •