suso varela
En agosto de 1927, casi un año después de que comenzasen las excavaciones arqueológicas en Santa Eulalia de Bóveda, el Gobierno comienza a tomar las riendas ante el singular hallazgo del templo romano ubicado a 14 kilómetros de Lugo. Aquel verano llegó a la ciudad el arqueólogo y miembro del Museo del Prado Manuel Gómez Moreno para conocer en persona el valor patrimonial que durante siglos había estado sepultado bajo tierra. Como explica el historiador Enrique Montenegro, autor de la tesis doctoral sobre este monumento, Moreno pudo comprobar no solo la importancia del hallazgo, sino la fragilidad en la que se encontraban los restos y, especialmente, las famosas pinturas.