Voluntarios para recibir pelotazos en el  PSOE

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto PULSO LUCENSE

LUGO

11 nov 2017 . Actualizado a las 21:05 h.

A Felipe González se le atribuye con frecuencia la afirmación de que «el socialismo puede ser definido en grandes líneas como la profundización del concepto de la democracia». Y Umbral dejó escrito en algún papel que «la democracia natural, en la España profunda, consiste en linchar al alcalde». Al alcalde, a quien representa la autoridad en el pueblo, en el partido, en el sindicato; dónde sea, si la autoridad ejerce en sentido contrario al propio interés, al interés particular de cada empadronado/afiliado. Entre González y Umbral, los socialistas lucenses se preparan para un congreso provincial del que saldrá, tras el proceso de profundización democrática que son las elecciones primarias, un secretario general, que, como al alcalde al que alude el genio de la bufanda, casi todos los suyos convertirán en el monigote del pimpampum.

En Lugo, aún España profunda y esperpéntica (véase lo ocurrido en la Diputación) en muchos aspectos, el socialismo es una curiosa amalgama de socialistas (pocos, muy pocos) y trepas y trepillas (muchos) que han encontrado en el partido, a veces tras agotar la ubre sindical, el terreno en el que sobrevivir con cierta comodidad o vivir como reyes de la sopa boba de asesorías y otras milongas. La lista, hoy, es muy larga (pruebe, lector, a ir contando por los dedos; verá cuántas manos le hacen falta). Por eso, el congreso provincial no arreglará nada serio en el PSOE lucense. Serían necesarios años de trabajo riguroso de formación de los militantes para acabar con el actual estado de cosas; y quien lo intente tropezará con todos los que viven y vivieron como reyes acogidos a las instituciones que gobierna.

El actual estado de cosas puede cambiar, pero no sin dura resistencia. Apenas presentados los candidatos, ha comenzado la guerra sorda a base de manipulación y mentira. Desde algunos ámbitos de poder, son muy evidentes, por burdas, aunque tienen algún éxito entre opinadores que compran fácil el mensaje que sale de las instituciones. El PSOE, desde González, más que un partido político en sentido estricto, es un instrumento de ocupación de poder. «Por consiguiente...», de aquellos polvos vienen estos lodos en los que chapotean tres aspirantes a la secretaría general; voluntarios para el pimpampum del PSOE.