Una casa inacabada y otra en ruina dañan la imagen de la Ronda en Pastor Díaz

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

El Concello pretendió intervenir por vía subsidiaria en el edificio en ruinas, pero, hasta el momento, no lo hizo

22 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo mismo da el casco histórico que su área de influencia: los edificios en ruinas o inacabados marcan el paisaje urbano lucense. En este caso, en el tramo de la Ronda da Muralla comprendido entre Montero Ríos y Nicomedes Pastor Díaz se alzan dos de las «joyas» inmobiliarias de la capital por el estado y el lugar en que se encuentran. La crisis dejó a medio construir/reconstruir la casa que hace esquina entre la Ronda y Nicomedes Pastor Díaz, mientras que el estado de ruina de la inmediatamente anterior es un logro conquistado a base de tiempo y desatención.

El constructor David García Vilela, atrapado por el estallido de la burbuja inmobiliaria, no pudo concluir un edificio llamado a tener cierta relevancia en el paisaje lucense. Los números con los que fueron marcadas las piedras de la fachada, parecen ir desdibujándose a medida que pasan los años y la obra sigue abierta, casi en el esqueleto. No parece haber trazas de que vaya a ser rematada a corto plazo.

A su lado, un noble caserón en ruina es el ejemplo de lo que ocurre cuando los edificios se abandonan a su suerte. El Concello está empeñado en actuar subsidiariamente en este caso, pero su ya famosa capacidad de gestión retrasa una y otra vez el inicio de los trabajos de consolidación. Mientras, y ante el riesgo de que caiga algún resto sobre la calle, la acera lleva meses y meses vallada en ese tramo. Los ciudadanos que pasan a diario por ese punto están hartos de que una situación excepcional se haya convertido en lo normal.