La escasa zona verde que rodea la base de la Fonte dos Leones, situada en la Praza de Avilés, va camino de convertirse en la mejor regada de toda la ciudad. Desde hace unos días el chorro que sale de la boca de los animales, que son una copia de los de cerámica de Sargadelos que estaban en la Praza Maior, va directamente fuera de la base de la construcción. El agua llega al jardín y acaba saliendo a la calle y finalmente se va por las alcantarillas.
Vecinos de la zona se quejaron en los últimos días de la situación y esperan que haya solución sobre todo, dicen, porque en esta época de fuerte sequía se está desperdiciando el agua.
No es la primera vez que los leones de la fuente provocan problemas con sus chorros. Cuando hay viento, el agua tampoco se queda en la base y va a parar directamente a la calle posiblemente porque quien diseñó la construcción debió dejarle un punto de recogida mucho más amplio.
La fuente que acabaría por conocerse como la de los leones se decidió en 1830, cuando acababa de ser empedrada la plaza Maior. En 1855 se encargaron al escultor Paciano Guitar los moldes en barro cocido para un grupo escultórico formado por una matrona, que representa a España, y custodiada por leones. La fundición de las piezas se llevó a cabo en Sargadelos.