Un patio de colegio para el botellón y las fiestas

s.v. / e.g.s LUGO / LA VOZ

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Lugonovo denuncia la pasividad del gobierno local durante los fines de semana en el CEIP Rosalía de Castro

25 abr 2017 . Actualizado a las 17:45 h.

Cada fin de semana el patio del colegio Rosalía de Castro se usa para todo menos para el disfrute de unas instalaciones deportivas. El grupo municipal de Lugonovo denuncia que el paisaje que se encuentran los responsables del colegio tras el paso del fin de semana es el de jeringas, excrementos, pis, latas y botellas, entre otras basuras. Esta situación, que el edil Santiago Fernández Rocha calificó de «insostenible», afecta a unos 380 alumnos de infantil y primaria matriculados en el centro.

«O xardín estaba cheo de envases de bebidas, de feces humanas e cun cheiro insoportable a urina, nin as papeleiras se libraron das pintadas. A imaxe é desoladora, impropia dun inmoble coma este. O persoal da limpeza levaba horas tratando de poñer orde no local para evitar que os pequenos viran toda aquela suciedade e mesmo se puideran mancar cos refugallos, porque entre outros obxectos, se recolleron xiringas», denunció ayer el portavoz de Lugonovo.

Santiago Fernández Rocha criticó la pasividad del gobierno local por este tipo de hechos, ya que recordó que desde la dirección del centro se comunicó en varias ocasiones los problemas que se encontraban en el centro tras los fines de semana. «A pesar de varios escritos oficiais, o última a finais de marzo, ata o momento a dirección do colexio só recibiu silenzo por resposta, coas perigosas consecuencias que estamos vendo», afirmó Rocha.

Desde Lugonovo señalan la necesidad de aumentar la altura del cierre perimetral, ya que en la actualidad «calquera pode acceder sen ningún esforzo». Este hecho, relatan los docentes, sucede a diario, incluso en horario lectivo para hacer uso de las instalaciones deportivas, «o que ten desembocado, incluso, nalgún enfrontamento tenso para conseguir o seu desaloxo».

De lo que ocurre en el citado colegio hay otras versiones, que responden a la observación directa. En este caso concreto, residentes en pisos de la zona vieron a varias familias pasando la tarde en el citado recinto, merendando y jugando. Cuando se fueron no recogieron nada de lo que habían tirado al suelo. El uso de dicho recinto por grupos familiares se ha comprobado en más de una ocasión por distintas personas, siempre en fines de semana y días festivos.