Las tres parejas de zarapito real que crían en España eligen Rozas, con polémica

La Voz LUGO / LA VOZ

LUGO

alberto lópez

El Aeroclub y el Inta están ahora vallados y los técnicos de Medio Ambiente necesitan entrar a vigilar los nidos

18 abr 2017 . Actualizado a las 11:19 h.

El zarapito real es un ave limícola o de zonas húmedas, de casi 50 centímetros de alto y un metro de envergadura cuando vuela con las alas abiertas. Existen en la península unas cinco mil parejas, y por ello podría parecer que no está en peligro de extinción en España ni en el mundo. Pero se da la paradoja de que en la península Ibérica prácticamente no anidan ni se reproducen y por ello están en el libro rojo de las especies en peligro. En realidad este año solo hay tres parejas en toda la península que están incubando sus huevos. Y aquí viene la polémica, porque este año han vuelto a elegir Rozas, en la zona húmeda que hay cerca de las pistas de despegue de aviones. Y el presidente del Aeroclub denuncia que los técnicos de Medio Ambiente entran con vehículo todoterreno a la zona y eso considera que puede ser un peligro de incendio, y además un riesgo para la zona de vuelo. Pero, por otra parte, Rozas es ahora es una zona vallada por razones de seguridad, desde la implantación del Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial (Inta), y los técnicos no pueden entrar por cualquier parte. Además, hay colocadas jaulas para controlar a los zorros y llevarlos a otros lugares si pretenden comer los huevos de los tres nidos de zarapito. Y estas jaulas tienen que colocarlas en los vehículos porque no pueden transportarlas a mano.

Así que la polémica está servida porque los técnicos de Medio Ambiente entienden que no pueden trabajar en un área vallada a la que no les permiten acceder en coche, y el aeroclub puede impedir el paso a la zona vallada por razones de seguridad. Como los técnicos trabajan en un programa en colaboración con la USC para vigilar la escasa reproducción del zarapito, parece que ya se plantean hasta abandonar el plan de control por la imposibilidad de poder realizarlo.

Entre el escaso interés que esta ave pone para reproducirse en España y la tozudez de elegir un lugar cercano a las pistas de vuelo -además ahora valladas- el conflicto de intereses parece asegurado, a pesar de que deberían existir intereses comunes, aunque solo fuese porque tanto Rozas como el zarapito real se caracterizan por disfrutar del vuelo, con o sin motor.