Las paradas de bus se libran de coches, pero algunas aceras siguen abarrotadas

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

De ocho apeaderos de Camiño Real, solo uno fue utilizado indebidamente por dos furgonetas que no fueron multadas

08 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace mucho tiempo que los conductores de los buses urbanos no se encuentran las paradas tan «limpias» como desde hace unas semanas. La campaña Aparca con Xeito!, mejor dicho las multas que llegaron con esa iniciativa, hicieron que quienes tenían por costumbre dejar su coche a los pies de los viajeros del bus se cortaran.

¿Funcionó el miedo a la «receta» azul? Si. Y una prueba de ello es el resultado del chequeo realizado a media mañana de ayer a una de las calles en la que el bus lo tiene más complicado, Camiño Real. En las últimas semanas se habían montado auténticos guirigáis al quedar bloqueados algunos autocares.

Desde el final de Mar Cantábrico hasta la Ronda da Muralla fueron contabilizadas ocho pardas del bus. Todas estaban libres para ser utilizadas sin problema por los pasajeros (pocos por cierto), salvo la última del trayecto que está entre García Abad y Concepción Arenal. En esta se encontraban dos furgonetas. Parece que sus conductores tuvieron suerte de que no pasaran los agentes y se libraron de la correspondiente sanción. No aprendieron que ese espacio es del autobús y de los usuarios del mismo.

Las paradas de bus se libran de los coches, pero desgraciadamente no así las aceras. Los peatones siguen siendo los grandes perjudicados porque quienes se llevan los beneficios de poder aparcar como les viene en gana son los padres de alumnos que acuden a los centros educativos para dejarlos o recogerlos. Lo de ir caminando no les sirve. Han de ir en coche y si puede ser hasta la misma puerta mejor. Para eso, los aparcamientos se hacen encima de la acera, en los pasos de peatones, en las paradas del bus o donde sea necesario. Y si los peatones tienen que circular por la calzada o correr otros riesgos, es igual. Todo eso lo permite la Policía Local.

Ese fue el escenario el que ayer se podía presenciar en las inmediaciones de las Josefinas. La parada del bus de la carretera Santiago, tenía tres coches y toda la acera estaba repleta prácticamente hasta el desvío hacia la calzada Romana. La acera del viejo hospital de San José no existe para los peatones a determinados momentos del día.

A las cinco y media de la tarde, tres cuartos de lo mismo, en las proximidades de la Escola de Idiomas y el Conservatorio de Música. Al menos una docena de coches aparcados en doble fila con papás y mamás esperando la llegada de sus hijos. Los conductores y peatones que esperen o sino, que vayan por otro sitio.

Otro colegio en el que los padres tienen carta blanca para aparcar a su gusto es María Auxiliadora. El paso se reduce a la mitad porque la derecha y la izquierda son de los papás. El resto de usuarios han de conformarse con pasar por el centro. No es la primera vez que el autobús de Madrid o de Monforte y sus pasajeros esperan. Todos estos problemas contrastan con la limitación 30 de la ronda.

La situación sin embargo mejoró notoriamente en la avenida de Ramón Ferreiro. Habitualmente hay agentes de la Policía Local controlando el tráfico, apenas se aparca en doble fila y la mejoría, al menos en los últimos días, fue destacada.