El mecenazgo, una opción propuesta al Concello para buscar el teatro romano

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

En un proyecto expuesto a Basadre para promover Lugo a partir de los restos arqueológicos

04 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi sin actividad en materia de excavaciones arqueológicas y con las políticas de captación de turistas cuestionadas desde todos los grupos de la oposición lucense, en algunos ámbitos de la sociedad lucense existe preocupación por encontrar fórmulas que permitan cambiar el actual estado de cosas. Desde el empresariado lucense se han impulsado, sin éxito, iniciativas como la creación del consorcio del casco histórico. Desde otros ámbitos se han sugerido líneas de intervención en materia turística. Ahora el Concello acaba de recibir, de la mano del arquitecto Carlos Sánchez-Montaña, estudioso del pasado romano de la ciudad, un boceto de proyecto que aúna investigación arqueológica y promoción turística. La concejala de Cultura, Carmen Basadre, parece que considera, según el arquitecto, que no es el momento adecuado para su desarrollo. Sea como sea, una de las propuestas que incluye es la búsqueda de mecenazgo y patrocinio para llevar a cabo investigaciones arqueológicas como la que sugiere para la Praza Maior, donde cree que pueden encontrarse los restos del teatro romano.

Montaña propuso al Concello en noviembre pasado efectuar una investigación con georradar en la Praza Maior, para comprobar si, efectivamente, hay estructuras que puedan corresponderse con la cimentación del teatro romano. Ahora, en el marco de una propuesta (lleva a cabo sendos proyectos similares para otro Ayuntamiento gallego y para una asociación santiaguesa) para promocionar la ciudad, a partir de su pasado romano, lanza la idea de recurrir al mecenazgo como fórmula para algunas de las investigaciones que, como la de la Praza Maior, aún están pendientes. El objetivo es, o debería, ser, según Sánchez Montaña: «Construir un producto turístico que los ciudadanos del mundo quieren conocer y los ciudadanos de Lugo quieran mostrar». Basa su propuesta «en una marca que reúna todos los activos que ya existen y los nuevos», entre los que cita la investigación en la plaza y en O Carme, donde ve razones fundadas para creer que allí estuvo el anfiteatro romano.

Comercio

El arquitecto autor de la propuesta ha presentado el proyecto, según señala, al responsable del centro comercial abierto (Lugocentrum), a través del cual espera que sea estudiado por la Federación de Comercio. Señala que la promoción turística tiene retorno en el comercio.

A la espera de que la Xunta intervenga en el túnel de la Muralla

Pasan los meses y las vallas siguen al pie de la Muralla, allí donde fue descubierto un túnel, a la altura del Carril das Estantigas. La Xunta dice que el Concello no le facilita el terreno que necesita en el entorno del monumento. Nada se hizo para musealizarlo o taparlo.

Cambio de rumbo

La fiesta Arde Lucus permite ver con facilidad, desde la cara lúdica del asunto, las posibilidades que ofrece a Lugo su pasado romano. Sin embargo, las acciones públicas para avanzar con rigor y eficacia en la investigación histórica y en el desarrollo de iniciativas para rentabilizar sus resultados son escasas, carentes de ambición y ajenas a toda planificación a medio y largo plazo. Las opciones son múltiples; la única inaceptable es la inacción.

El georradar, que Montaña quiere usar en la Praza Maior, localiza un anfiteatro en Córdoba

El arquitecto Carlos Sánchez-Montaña propuso en noviembre pasado al Concello contratar una investigación con georradar en la Praza Maior, para localizar posibles restos del teatro romano de Lugo. Con esa misma técnica, el profesor de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso cree haber localizado un anfiteatro romano en Torreparedones, entre los términos municipales de Catro del Río y Baena, en la provincia cordobesa. Está ubicado al oeste del yacimiento arqueológico ya excavado. Los investigadores se atreven incluso a señalar que en la parte más ancha tiene un radio de unos 77 metros y capacidad aproximada para acoger a unos 5.000 espectadores.

En Lugo, el georradar, a efectos arqueológicos, fue utilizado en distintos ámbitos, entre otros, en el terreno sin edificar de As Estantigas (junto al instituto Xoán Montes) y en A Ponte. En el primer caso corrieron a cargo, en la parte técnica, de personal de la Universidade de Vigo.