Los comerciantes del centro exigen medidas para acabar con los hurtos

dolores cela d.c. LUGO / LA VOZLUGO / LA VOZ

LUGO

Tienen localizado a un grupo de seis personas que se dedica a robar en las tiendas

04 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los comerciantes del casco histórico y de las calles próximas, como la avenida de A Coruña y Camiño Real, están muy preocupados por el aumento de los hurtos de mercancía, a los que no saben cómo hacer frente. El pico más elevado fue en el pasado mes de diciembre. Los afectados tienen controlado a un grupo de seis personas, que son las que prácticamente llevan a cabo todos los robos, y que en algún caso se mostraron agresivos con los titulares de los negocios y con los empleados. Disponen de fotografías que se han ido pasado de unos a otros para identificarlos cuando accedan a sus establecimientos. Los afectados se quejan de que, pese a las denuncias -que son menos que los robos que se registran- y a que la policía detuvo y trasladó a comisaría a algunos de ellos, vuelven a reaparecer en las mismas calles al día siguiente.

La situación le fue comentada a la Policía Nacional en una reunión mantenida hace semanas en los locales de la Federación de Comercio. Los agentes instaron a los comerciantes a que en el momento en el que vean entrar en sus establecimientos a algunas de las personas que figuran en la lista de habituales que llamen al 091 y que no se enfrenten a los ladrones. Algunos afectados salieron muy descontentos del encuentro porque, según señalaron, no les dieron soluciones. «Yo no puedo decirle a alguien que no entre en mi tienda porque me pueden acusar de que estoy discriminando a alguien». «Si los llamo y tardan en llegar, cuando aparecen -comentó otro comerciante- ya se han marchado».

Otros afectados, sin embargo, aseguran que cuando vean entrar a algunos de los «fichados» les prohibirán el paso y llamarán a la policía.

Sin embargo, los comerciantes se quejan, en algunos casos, de la falta de diligencia de los agentes. En otros admiten que tienen las manos atadas por la normativa vigente, que permite que los autores de los hurtos entren por una puerta y salgan libres ese mismo día. «Algún policía nos comentó que dedicaban muchas de las horas de su jornada a controlar que se estaban cumpliendo los arrestos domiciliarios, en lugar de andar por las calles»

Retrasos policiales

Una empresaria que está convencida de que la policía debería de actuar con más diligencia, lleva esperando varios días a que los agentes acudan a su tienda, después de efectuar una llamada para denunciar uno de estos casos. «Me dijeron que venían enseguida porque la persona que les estaba indicando -los conocen a todos por el nombre- además de dedicarse a sustraer prendas en los comercios, tenían constancia de que molestaba a mujeres. Todavía no han aparecido para hablar conmigo».

Sobreseimientos

A otra comerciante le sustrajeron un par de zapatillas. Al día siguiente se cruzó con las dos personas que sabía que se las habían hurtado. Las identificó, denunció, pero el Juzgado de Instrucción número 1 decretó el sobreseimiento y archivo provisional del caso. El argumento: «no resultar motivos suficientes para acusar a determinadas personas como autores, cómplices o encubridores».

Algunos de los afectados aseguran haber visto a los integrantes de este grupo que tienen localizado, intercambiándose prendas y otros artículos sustraídos en plena calle. «Suponemos que se los llevan para venderlos, pero no tenemos pruebas».

Once de la mañana, en un céntrico supermercado de la avenida de A Coruña, una de las cajeras hace sonar insistentemente un timbre e inmediatamente aparece el vigilante de seguridad. Un hombre de mediana edad que acaba de acceder al supermercado sale a toda velocidad ante la presencia del vigilante. «Vaya eficacia», le comenta a la cajera una clienta que está en la cola. «A ese lo conocemos porque intenta entrar todos los días varias veces».

Los comerciantes, según algunos de los consultados en diferentes puntos de la ciudad están hartos de esta situación y si las autoridades no toman medidas están dispuestos a tomarlas ellos. «Los conocemos, los conoce la policía y estamos en un bucle del que no salimos», señaló uno de los afectados.

Algunos han instalado videocámaras dentro de las tiendas, que son efectivas en algunos casos, pero no en otros porque los ladrones saben dónde están y cómo burlarlas. También se han planteado la posibilidad de contratar vigilantes jurados para que vayan haciendo rondas por los establecimientos, como medida disuasoria. Varios de los consultados creen que esta no sería una medida eficiente porque los ladrones saben perfectamente como esquivarlos.

Vigilantes de seguridad

Los comerciantes, algunos muy descontentos con la falta de actuación policial y con la pasividad de la propia Federación de Comercio, se plantean convocar una reunión después de las fiestas para decidir qué pueden hacer para hacer frente a esta situación. «Tenemos que hacer algo -confesó la titular de una de las tiendas- porque estamos desesperados y nos sentimos impotentes».