Motocrós El piloto lucense, recién recuperado de una lesión en la clavícula, volverá a competir en el Europeo este fin de semana
06 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El calendario se comprime para Jorge Prado. El piloto lucense debutó el pasado fin de semana en el Campeonato de Europa de motocrós de 250 centímetros cúbicos. Lo hizo con una undécima posición global y sensaciones encontradas. Por una parte, se vislumbró que posee potencial para codearse con la élite de la categoría. Pero, por otra, le pasó factura la reciente lesión que padeció en la clavícula.
Prado volverá a montar su KTM este fin de semana. Lo hará para tomar parte en la tercera prueba del Europeo, que se disputa en el circuito de Teutschenthal (Alemania). El objetivo es seguir cogiendo ritmo en una competición de enorme exigencia.
Jesús Prado, padre de Jorge, reconoce que el debut en 250 fue difícil: «No hay que olvidar que tiene 15 años y que, además de ser el más joven de la parrilla -el segundo es Renaux con 17 primaveras-, solo tenía dos semanas de entrenamiento después de recuperarse de la lesión». Aun así, el piloto lucense firmó dos duodécimos puestos y, además, mandó en la primera manga durante dos vueltas.
«Lo que nos planteamos es ver en qué punto estamos a final de temporada. Quizás sea precipitado pensar en ganar», afirma Jesús Prado. «Esto ya es otra división, hay rivales con mucha velocidad, con experiencia y que realizaron una pretemporada fuerte desde diciembre. Nosotros necesitamos más ritmo de competición», explica.
Pese a todo, las sensaciones son buenas. También, después de ver a Renaux, un adversario al que Prado batió la pasada campaña, en posiciones punteras. «Lo más importante es la resistencia. La moto pesa sobre 107 kilos y tiene mucha inercia. Mientras estuvo lesionado, Jorge trabajó mucho con la bicicleta y no perdió fondo físico. Pero ahora debe recuperar fuerza en los hombros», comenta el padre del deportista.
En Alemania, Jorge Prado dispondrá de una nueva ocasión para mostrar sus habilidades. «Es complicado mejorar tanto en una semana, nos hace falta un mes o incluso algo más», advierte Jesús Prado.