La zona norte del templo es la más afectada por la humedad. En determinadas épocas del año se pueden apreciar sus paredes mojadas. Con la entrada de calor, las gotas de agua se secan y la sal se cristaliza, provocando las roturas en las pinturas. Se pueden ver colonizaciones biológicas, condensación, fracturas o filtraciones de agua continuas.
los daños
La imagen del ave dañada es uno de los ejemplos más evidentes de los desperfectos que tiene el templo por dentro. En la otra imagen se puede ver el polémico «emparrado» que se colocó a inicios del siglo XX para evitar la entrada de palomas y otras aves. El monumento está lleno de maleza a ambos lados de la entrada, y que afecta a los muros.