Un ascensor en una muralla romana

LUGO

Lugo dispone de un elevador que facilita el acceso al adarve en silla de ruedas

01 dic 2015 . Actualizado a las 00:41 h.

La muralla de Lugo, construida entre los siglos III y IV, cumplió ayer 15 años como monumento  declarado Patrimonio de la Humanidad. Y lo hizo estrenando un ascensor. Coincidiendo con este aniversario, el impresionante bastión romano, el único conservado en su integridad, es desde ayer accesible con comodidad para personas con movilidad reducida y en silla de ruedas gracias a la instalación de un elevador. Este es un triunfo para los representantes de Auxilia, un colectivo para la integración de personas con discapacidades físicas. De modo especial, supone una victoria para uno de ellos, Aquilino González, que vivió durante la mañana de ayer, fría y de niebla cerrada, la culminación de su lucha después de una ardua tarea reivindicativa iniciada en el 2004 y sostenida hasta que la obra quedó concluida. 

El ascensor de la muralla romana, pagado por la Xunta, se encuentra al lado de la sede de la Diputación lucense. De su mantenimiento se ocupará el Ayuntamiento de Lugo. Aunque su diseño ha sido especialmente cuidado para que no desentone con el entorno, no faltan voces que indican que hubiera sido menos agresivo visualmente si se hubiese instalado en el interior de algunas de las viviendas vacías y necesitadas de rehabilitación que están pegadas al paramento interior del monumento. Las mismas voces apuntan que, de ese modo, también hubiera resultado más fácil evitar que sufra actos de vandalismo. 

Los diseñadores optaron por  cubrir los paramentos exteriores del elevador con láminas de madera, que permiten transparencias. Para la salida al adarve, al paseo de la muralla, fue preciso romper el pretil, el murete de piedra superior. Hasta el momento, el acceso solo se podía efectuar mediante escaleras o a través de dos rampas, una de ellas de muy difícil acceso con silla de ruedas, y la otra, más reciente, situada en un punto al que resulta muy complicado llegar a las personas con movilidad reducida. De hecho, las autoridades presentes, tras un paseo por el adarve, tuvieron que ayudar a Aquilino González a descender por una de las rampas con su silla de ruedas motorizada.

El portavoz de Auxilia recordó que la «aventura» comenzó en el 2004 y que al año siguiente se celebraron las primeras reuniones. Desde entonces y hasta la mañana de ayer hubo pasos adelante y atrás, días de zozobra porque el deseado proyecto no prosperaba y, según el momento, encuentros y desencuentros con los responsables de la Administración. 

Aquilino González considera que la instalación de este ascensor es «un logro social». Y, al tiempo, lo ve como un nuevo activo en el abanico de atractivos con los que cuenta la capital lucense para incrementar el turismo. 

Para coches de bebé

En la puesta en servicio del elevador participaron, además de miembros del colectivo Auxilia, representantes políticos municipales, provinciales y autonómicos, con el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, al frente del grupo. Este último destacó la importancia del elevador para personas con movilidad reducida, pero añadió que también será muy útil para aquellos que quieran visitar la parte alta del monumento con sillas y coches de bebé.