Soraya Sáenz no pudo entrar en las pallozas de O Cebreiro

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

Los empresarios se quejan de que los horarios no coinciden con la afluencia de visitas.
Los empresarios se quejan de que los horarios no coinciden con la afluencia de visitas. carlos castro< / span>

El museo etnográfico no abre los domingos, los festivos ni los lunes

22 oct 2015 . Actualizado a las 10:21 h.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no pudo visitar las pallozas de O Cebreiro, cuando peregrinó el pasado domingo al poblado prerromano, entrada en Galicia de la Ruta Xacobea. No pudo fotografiarse dentro de la que funciona como museo, situada frente a la iglesia, porque los domingos, al igual que los lunes y los festivos, está cerrada al público. Sus horarios, de ocho y media de la mañana a dos y media de la tarde, en los meses de verano, y de once de la mañana a seis de la tarde a partir de septiembre, tampoco se adaptan a los de los peregrinos ni a las excursiones que llegan todos los días en autobús. Si son los del personal de la Consellería de Cultura, a la que está adscrita el museo etnográfica.

Los empresarios de la zona están descontentos porque uno de los principales atractivos de O Cebreiro son precisamente las pallozas. En el interior de la que está habilitada como museo está recreada la vida de los antiguos habitantes de esta zona de la montaña, con lareira, bancos, armarios, arcones, la habitación matrimonial y la cuadra.

Excursiones programadas

Sáenz de Santamaría no pudo entrar en las pallozas, como tampoco lo pueden hacer habitualmente domingos y festivos, que son días de máxima afluencia, visitantes y viajeros que aterrizan en Oporto y paran en Fátima, Santiago, O Cebreiro, León, el Museo Guggenheim, Le Puy y Roma. Al llegar al poblado prerromano, en domingo o en lunes, nunca pueden acceder a la construcción porque está cerrada, según pusieron de manifiesto algunos de los empresarios afectados. Reclaman que el museo abra en horarios acordes con los de los posibles visitantes. A las ocho y media de la mañana creen que casi nadie quiere acceder a la antigua vivienda, que cierra sus puertas a las dos y media. A partir de esa hora en verano no está abierta. En invierno el vigilante tiene que permanecer hasta las seis de la tarde.

Más personal

Algún hostelero considera que sería necesario que la Xunta acomodara los horarios de apertura del museo al turismo, aunque ello supusiera contratar a un segundo vigilante para acomodar los horarios a la afluencia de visitantes.

Vecinos de la zona aseguran que hay muchos turistas que acuden a O Cebreiro con el objetivo prioritario de entrar en las pallozas. Muchos se van sin poder hacerlo. Estas quedan sin vigilancia los domingos y festivos de invierno, en días que atraen turismo y personal, que, en algunos casos, usa las construcciones como tobogán.