Los ataques a las pallozas del conjunto etnográfico no se limitan en exclusiva a utilizar sus tejados como pista para deslizarse en trineos o artilugios similares. En los últimos días aparecieron también varios cristales rotos como consecuencia del lanzamiento de piedras de pequeño tamaño, posiblemente con un tirachinas. La Xunta tendrá que reponer los vidrios.
En otras ocasiones también se registraron destrozos en los cierres de las ventanas. En una de las pallozas entró una gran cantidad de nieve el pasado invierno a través de uno de los ventanucos al que le habían roto la cerradura. Con el deshielo hubo una pequeña inundación dentro del edificio.
En las pallozas de O Cebreiro hubo personas viviendo o se utilizaron como cuadras para guardar el ganado hasta la década de los años 60, en que el Ministerio de Cultura se las compró a sus propietarios. En las crónicas de la época figura que actuó como intermediario en el proceso, que se desarrolló en 1967 y 1968, Manuel Chamoso, entre otras personas. A los dueños se les entregó otra casa nueva, próxima a la primitiva. El Ministerio de Cultura transfirió la gestión de estas construcciones singulares a la Xunta de Galicia que cuenta con cuatro: la de Xan López, la de Campelo, la de Galán y la de Quico.