La prueba que destrozó el Rato obtuvo todos los beneplácitos

La Voz LUGO / LA VOZ

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Estado en el que quedó un tramo del Rato tras la celebración de la prueba extrema del fin de semana a la que ningún organismo se opuso.
Estado en el que quedó un tramo del Rato tras la celebración de la prueba extrema del fin de semana a la que ningún organismo se opuso. alberto lópez / óscar cela< / span>

La Diputación, titular del recinto, asegura que no tuvo nada que ver con la competición

27 may 2015 . Actualizado a las 11:21 h.

La carrera de obstáculos extremos Farinato Race, que el pasado fin de semana destrozó partes de la reserva de la Biosfera del río Rato, no tuvo ningún impedimento para su celebración. La Diputación Provincial, como propietaria del recinto, explicó ayer que nada tiene que ver con la organización y advirtió que no había recibido ningún tipo de denuncia.

Según la crónica informativa publicada por la organización en su página web participaron «más de 700 intrépidos con ganas de enfrentarse a todos los retos que les pusieran por delante, de los que alcanzaron la meta 570». Añade la información que «las pruebas llevaron al límite a todos los atletas que lucharon por subirse a lo más alto del podio, un logro que solo estuvo al alcance de unos pocos».

Una de esas pruebas extremas fue la de arrastrar por el río con cadenas neumáticos de vehículo. «Increíble que se permita en una zona de protección hacer este tipo de barbaridades», explicaron ayer ecologistas que anunciaron su intención de recurrir al Seprona para que abra una investigación.

Los organizadores quisieron que los «intrépidos», previo pago de diversas cantidades de dinero en concepto de inscripción, arrasaran zonas del paseo, saltaran por encima de los muros de piedra y pusieran en gravísimo peligro la fauna y el ecosistema.

En la página web de la «farinato» estaba ayer colgado el itinerario a seguir en el que se apreciaba claramente como los participantes debían atravesar la zona de nidificación de aves acuáticas que hay en la desembocadura del río. En el terreno existente ante este punto de máximo interés ecológico fue donde tuvo lugar la mayor concentración de participantes. Circularon vehículos sin ningún tipo de control y hubo una gran contaminación acústica. La prueba llegó a ser presentada oficialmente en el consistorio de Lugo.