Un testigo del crimen de O Ceao relaciona al esposo de la cajera con el imputado

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

El marido de la víctima declaró que no conocía de nada al propietario del bar Los Ángeles

12 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando van camino de cumplirse los 21 años, el doble crimen de O Ceao revive judicialmente, después de que durante años no se hubiese movido ni un solo papel. En los últimos tiempos fueron llamadas a declarar varias personas en calidad de testigos. Una de ellas vinculó al marido de la cajera asesinada en el Cash Récord con el único imputado hasta el momento en el caso, la persona que en su día era responsable del desaparecido bar Los Ángeles. Además, la hermana de la cajera asesinada, que también fue llamada a declarar, dijo que su cuñado ni les había informado de que había cobrado indemnizaciones por la muerte de su hermana, pero el esposo de la fallecida, que también prestó declaración, negó cualquier relación con el imputado y con el establecimiento que regentó.

Según los datos aportados por Isabel López Rodríguez y Avelina Sánchez Freire, familiares de las dos víctimas mortales de la masacre de O Ceao (la cajera y el reponedor), en los últimos tiempos prestaron declaración varias personas a instancias del abogado de las víctimas, Gerardo Pardo de Vera. Una de esas declaraciones fue la de una persona que por aquel entonces se relacionaba con el único imputado en la causa, M. J. V. C. porque, entre otras razones, acudía con frecuencia al Bar Los Ángeles.

Según contó, el 20 de octubre de 1994 hubo una entrada y registro en dicho bar, en el marco de una investigación de tráfico de estupefacientes. En la cocina del local, explicó, había unas pistolas metidas en unos estuches a la vista de todo el mundo. «Las armas no llegaron a salir del bar, a pesar del registro policial y de las detenciones», aseguró el testigo.

El testigo también dijo que, antes del crimen, una de las personas que compraba heroína en el bar le comentó en su casa que el responsable del local le había ofrecido «pegar un palo» y que «había cacharras». El testigo explicó que él había advertido a su interlocutor que no se metiera en líos.

En su declaración informó que, a los pocos días, volvió al bar y se encontró con la misma persona que estaba comentando con el imputado diversos aspectos del presunto asalto al Cash Récord. Al parecer decían que era «un palo cojonudo en el que se podía sacar mucha pasta». También decían, según el testigo, que debían estudiar el sitio. Esos comentarios, al parecer, los efectuaron con una factura del establecimiento de venta al por mayor delante. Después del crimen, el testigo dijo que le preguntó a su conocido: «¿Pero dónde ibais a cometer el atraco, macho?». La respuesta fue un «allí».

La persona a la que hizo referencia el testigo ya falleció. Aparece en el sumario que declaró ante la policía con motivo de una redada en los Ángeles y que dijo que el imputado le había ofrecido participar en el asalto al establecimiento de O Ceao y que incluso le llevó a dar una vuelta alrededor del establecimiento.

Otras vinculaciones

Este testigo, en su declaración ante el juez de primera instancia que lleva el caso, dijo (según las referencias aportadas por las dos mujeres familiares de las víctimas) que entre las personas vinculadas con el imputado estaba el marido de Elena López Rodríguez, la cajera asesinada. Apuntó que lo había visto en el bar y que conocía al imputado y que se ponía en la parte final del mostrador, lo que significaba que «no era un cliente normal» porque en ese lugar supuestamente se colocaban quienes querían hacer algún tipo de trato con el propietario.

El marido de la cajera, que también fue llamado a declarar, rechazó que tuviera relación con el imputado. Advirtió que nunca estuvo en Los Ángeles y que todo lo que decía el testigo que declaró era mentira.