La Xunta sanciona con 800 euros a Becerreá por una tala sin autorizar

Marta de Dios Crespo
Marta de Dios LUGO / LA VOZ

LUGO

Concellos de la Montaña denuncian las trabas para mantener los bosques

15 ene 2015 . Actualizado a las 04:56 h.

Cuando un Ayuntamiento quiere acometer tareas de mantenimiento en el bosque gallego, tiene un problema. Y si este se encuentra en una zona protegida, el problema es doble. La Xunta de Galicia acaba de multar con 800 euros al Concello de Becerreá por una tala realizada a principios del 2011 en las inmediaciones del puente Cruzul sin contar con el visto bueno de la Consellería de Medio Ambiente.

Manuel Martínez, el regidor de Becerreá, explica que ellos solicitaron los permisos para acometer las actuaciones a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y a Fomento, puesto que también querían acondicionar una pista del entorno. «Se trata de una zona en la que se está tramitando la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) y queríamos despejarla, no solo de la maleza, allí había un vertedero incontrolado», argumenta este alcalde.

En diciembre del 2010 contaban con los permisos de ambos organismos para actuar en la zona, pero no le pidieron autorización a la Xunta, «pensamos que estas cosas se las comunican entre administraciones», aseguraba ayer Martínez tras conocer la noticia de la Administración autonómica ha rechazado su recurso de alzada. «Pagaremos la multa, pero vamos a recurrirla vía judicial», comenta indignado.

El Gobierno gallego argumenta en el escrito remitido a Becerreá que la zona del puente de Cruzul pertenece a un espacio de especial protección con denominación LIC, Lugar de Interés Comunitario y que por tanto, era necesario un permiso de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestrutura.

Para Martínez «800 euros no supone un problema ahora mismo para el Concello de Becerreá, pero estamos cansados de que siempre que queremos colaborar nos pongan trabas». No es el único que tiene este pensamiento. En el Concello de Pedrafita, José Luis Raposo resopla cuando se le pregunta por este tema. «Son temas moi confusos, en principio cando é a tres metros dunha estrada o Concello pode actuar, pero un día chega un técnico e di que non podías e te cargan unha multa», asegura el alcalde socialista.

Este Concello de la Montaña lucense se ha rendido ante la burocracia. «O día que neve haberá carreteras intransitables. Estamos esperando que veñan da Xunta a facer as cortas, pero aínda non o fixeron», comenta Raposo, que dice sentirse «desesperado» y «desbordado» con este tema. «En 20 anos aquí non quedan máis que lobos e árbores», lamenta el alcalde de Pedrafita, un concello con gran cantidad de suelo protegido.

Al Concello de Becerreá le sancionan por la tala de 25 árboles y el acondicionamiento de una pista de 80 metros. La conservación del único puente Neoclásico de la provincia, el de Cruzul, no sirvió como excusa y tampoco tener permisos del Estado. Manuel Martínez denuncia la farragosidad burocrática en actuaciones que son vitales para Becerreá. «Si quieren que manden ellos un técnico que se encargue de estas cosas y yo le pongo una oficina y lo que haga falta», asegura.

Raposo reconoce que, a pesar de que este año no han sido sancionados, en Pedrafita se han enfrentado muchas veces a este tipo de multas. «Se teño que pagar 800 euros os pago, pero non podo deixar a xente de aquí incomunicada porque as árbores non deixan pasar aos camións», reconoce este alcalde de la Montaña.

Ambos regidores coinciden en que a día de hoy existe un exceso de legislación para regular tareas sencillas de mantenimiento que son necesarias para las poblaciones rurales y que esta forma de actuar de la Xunta lo único que conseguirá es una despoblación paulatina del rural.